vitoria - Como en las grandes veladas, y la de ayer lo era por cuestiones más afectivas que deportivas -no todos los días se asiste al regreso de una leyenda del baskonismo como Pablo Prigioni-, el Buesa Arena volvió a estar a la altura y volvió a dar el callo para conseguir la cuarta victoria consecutiva del curso en la Euroliga, la novena desde que arrancó la temporada continental. Y lo hizo además engalanado de fiesta, con prácticamente todos los anillos del pabellón completados y un ambiente espectacular que fue viniéndose arriba conforme avanzaban los minutos. Porque si bien el partido fue feo y hasta soporífero por momentos, las estrecheces en el marcador impidieron que la afición bajara la guardia. Solo así se puedo poner Baskonia por primera vez por delante en el tercer cuarto y solo así llegó a los últimos instantes con opciones. Y ahí fue donde emergió el carácter y el liderazgo, nuevamente, de Larkin, ayer demasiado irregular para lo que tiene acostumbrada a la parroquia local pero suficiente para ganar el partido.
de joseba beloki y sedekerskis Dos chispazos suyos fueron suficientes para encender al Buesa Arena, que hacía ya minutos se había olvidado del asunto Prigioni. Así es el deporte profesional. Un traidor con el pasado, por muy bueno y laureado que éste sea, que vive obsesionado con el resultado. De este tema, por cierto, versó la charla previa al partido que el exciclista Joseba Beloki ofreció a las compañías alavesas que forman parte del Club de Empresas. Y de liderazgo también habló, aunque sobre una cancha y muchos kilómetros de distancia de Vitoria, el joven Sedekerskis, que jugará con Lituania la final del Eurobasket sub’ 18 tras imponerse ayer en semifinales. La perla baskonista firmó seis puntos, ocho rebotes y tres asistencias.