pamplona - La Única y el Gaztedi Rugby Taldea de Gasteiz vivieron el sábado una emocionante jornada matinal de rugby, en el que a través de este deporte, nacido en Inglaterra en el siglo XIX, más de una decena de niños con síndrome de Down pudieron disfrutar de un entrenamiento acompañados de varios jugadores y entrenadores de ambos equipos.

La mañana comenzó con los típicos calentamientos para quitarse el frío y entrar en contacto con todo lo relacionado con el rugby. Más allá de cualquier concepto técnico, la ilusión, las ganas, la emoción y la gratitud fueron los ingredientes principales de este evento dirigido a la inclusión social. “Estas jornadas son algo genial, estamos intentando poner la semilla para que crezca el rugby como herramienta de inclusión, el concepto de rugby inclusivo lo conocemos desde hace tiempo y lo que queremos es que esto germine con toda su fuerza”, afirma Tomás Epalza, vicepresidente de la Federación Vasca de Rugby y vocal de la Federación Española.

Todos los participantes de la jornada disfrutaron con los diferentes ejercicios que se realizaron durante la mañana. “Poder ver lo que disfrutan estos chavales desde dentro es vivir el auténtico espíritu del rugby. Es una gozada ver cómo todas las personas pueden ser capaces de poder disfrutar con este deporte. En el caso del rugby, no es la persona la que se tiene que adaptar al deporte, es el rugby el que se adapta a la persona y por eso es capaz de llegar con sus valores y su respeto a todas las personas y sus familias”, reconoce David Izquierdo, responsable del equipo de inclusión del Gaztedi y representante de IMAS en España (International Mixed Ability Sports).

A través de un deporte tan práctico como el rugby, los chicos y chicas con síndrome de Down disfrutaron sin parar de una mañana entre amigos. “El rugby tiene un espíritu en el que todo el mundo puede encontrar su sitio, independientemente de sus características, este deporte es un punto de encuentro que es capaz de sacar lo mejor de cada persona”, afirma David Izquierdo.

La mañana concluyó con un acto muy significativo. Todos los participantes se reunieron en un corro y cada uno de ellos contó al resto su experiencia personal del entrenamiento. Las palabras de agradecimiento, ilusión, sinceridad y emoción fueron transcurriendo una tras otra, para acabar en un fuerte grito de unión que dejó claro que más allá de los equipos o condiciones humanas todos somos personas. “Este tipo de entrenamientos son una iniciativa muy buena, nos lo hemos pasado muy bien e invitaría a todo el mundo a que venga a probar el rugby”, apunta David Merchan, jugador de La Única en la categoría Senior.

Los más pequeños de la casa también tuvieron su espacio, los chicos y chicas de La Única y Gaztedi Rugby Taldea se entrenaron con ejercicios básicos de rugby. “Es muy interesante que los chavales de entre cuatro y siete años estén empezando a jugar”, subrayó como resumen Sergio Ramiro, entrenador del Gaztedi Rugby Taldea.