Vitoria - Sin apenas tiempo para aterrizar en el cargo, la labor que se le presume al nuevo presidente de la Federación Alavesa de Pelota -algo que a todos los efectos y de manera oficial tendrá lugar el próximo 20 de diciembre- va a resultar tan absorbente como inmediata, habida cuenta del frenesí que de un tiempo a esta parte viene protagonizando este deporte en Álava. Sin tiempo para el descanso ni mucho menos los llamados 100 días de gracia tras asumir la responsabilidad, Iker Gereta tendrá que lidiar desde hoy mismo con un toro muy bravo. Gran parte de la culpa de este statu quo lo tiene el ya expresidente Fernando Palacios, cuya actividad al frente de la FAP en los últimos ocho años ha dado un vuelco considerable en favor de la pelota. Sin ir más lejos, bajo su mandato el Territorio ha reconquistado para la causa la mano profesional en el Ogueta, con partidos de altísimo nivel a precios populares y finales para la historia como la que el pasado mes de noviembre disputaron Jokin Altuna y Oinatz Bengoetxea. Los tiempos donde la cátedra alavesa se tenía que conformar con los partidos de las fiestas de La Blanca, por tanto, pasaron a la historia. También resucitó la anterior directiva el torneo Virgen Blanca en la Plaza de los Fueros, impulsó el papel de la mujer en la pelota y estableció una comunicación directa y fluida tanto con el Ayuntamiento de Vitoria como de las empresas tradicionalmente proclives a apoyar este deporte. Y todo ello en un complejo contexto económico azotado por la crisis que ha lastrado, y sigue haciéndolo, los presupuestos de la Federación en los últimos años. “Se ha hecho mucho con muy pocos mimbres y se ha logrado que la pelota tenga un espacio casi permanente en los medios de comunicación locales, lo cual es algo digno de destacar”, señalaba ayer a este diario un veterano directivo alavés.
En este sentido, y asumiendo que la labor realizada ha sido encomiable, no lo es menos que en el capítulo de tareas pendientes la nueva junta deberá ser capaz de apuntalar otra serie de retos y estimular lo que la anterior directiva no pudo llevar a cabo. En esta línea, Gereta y el resto de su equipo parecen tener clara su hoja de ruta para los próximos cuatros años. Como él mismo destacó ayer al poco de hacerse pública su designación, uno de los objetivos fundamentales será “el trabajo en equipo y el fomento de la euskal pilota”, seguido de una política de actividades enfocadas a promocionar aún más la herramienta (pala, cesta y trinkete), motivo por el cual se ha rodeado de gente muy cualificada.