Duración: 1h 11:59 minutos de juego.
Saques: 3 de Altuna III (tantos 6, 13 y 22).
Pelotazos: 504 pelotazos en juego.
Tantos en juego: 10 de Urrutikoetxea, 6 de Altuna III y 2 de Barriola.
Errores: 5 de Urrutikoetxea, 6 de Beroiz, 1 de Altuna III y 5 de Barriola.
Marcador: 0-1, 1-1, 1-2, 2-2, 3-3, 4-14, 6-15, 7-15, 12-16, 13-16, 15-17, 16-17, 16-18 y 16-22.
Botilleros: Ejercieron de botilleros Pablo Berasaluze (con Urrutikoetxea-Beroiz) y Jon Apezetxea (con Altuna III-Barriola).
Incidencias: Partido correspondiente a la primera jornada de la liguilla cuartos de final del Campeonato de Parejas de Primera de la LEP.M disputado en el frontón Beotibar de Tolosa. Buena entrada.
TOLOSA - El partido de ayer en el Beotibar de Tolosa dio el pistoletazo de salida a la despedida de Abel Barriola de la pelota a cuatro meses vista. El duelo, y victoria final, es el principio del final de la carrera del leitzarra. El momento del agur. Con el primer pelotazo se destapó el delirio del descorche de una gira de despedida poco ortodoxa, pero del gusto del manista navarro: en competición. Sin lindezas. Todo batallas. Como ayer. El inicio de su camino junto al talentoso Jokin Altuna alumbra una senda marcada de riscos y que se espera hirsuta por carencia de pegada. Pero no tanto después del examen de supervivencia tolosarra, donde supieron reponerse a la torsión de rodilla del amezketarra, el dolor en la mano zurda del metrónomo de Leitza y el aroma a remontada de sus contrincantes. Notaron su aliento en la nunca, pero, después, desatascó Altuna III aumentando su actividad, apoyado por un derechazo del ancho que mandó abajo de Mikel Beroiz.
Visto lo visto, más áspero se le despliega el tajo en el Parejas a Mikel Urrutikoetxea y su compañero. La derrota de ayer, por momentos clara, muestra dos caras en el binomio. El zaratamoztarra tomó el mando del partido, tuvo arrestos para jugársela y aguantó un mal inicio coral, en el que su zaguero estuvo alejado de su mejor versión; mientras que el de Uharte, en el 3-12, ya sumaba cinco errores y rendía desubicado, trotón sin aliento y mirando las espaldas de Barriola. El leitzarra tomó la medida a un guardaespaldas similar, al que dominó para sacar una buena tajada, que fue su sustento.
Aun así, la segunda mitad, ya con Altuna tocado en el ligamento lateral interno de la rodilla izquierda desde el 5-14 y Urrutikoetxea a tumba abierta -fue el pelotari más activo con diferencia, superando en más de cuarenta pelotazos a su zaguero-, sirvió a Beroiz para reconciliarse consigo mismo. Propuso una pose más segura. No obstante, tras rebanar una distancia de diez tantos con el 4-14 y acercarse 16-17, un pelotazo abajo en el ancho del uhartearra frenó en seco la revuelta. Fue clave. Fue el inicio del aplastamiento. El fin de la revolución. En 24 pelotazos, los colorados se vieron en la cuneta y los azules derrocaron las tendencias y a sus propias lesiones. Barriola pudo celebrar el sufrimiento y el punto.
Fue ese fallo, una vez borradas las incertidumbres iniciales de Beroiz, lo que condenó al binomio colorado a soportar la resurrección de Altuna III. Apagado por la lesión y dominado por la velocidad de Urrutikoetxea, su presencia perdió peso y dio alas a los colorados hasta llegar a esperar la igualada. El zaratamoztarra, protagonista, les llevó de cabeza en la remontada. Pero, al retomar el saque, Jokin vio una realidad: o todo o nada. Se la jugó con dos ganchos que entraron. Falló Urruti una apertura después y un sotamano de derecha en el resto y el partido se esfumó. También la ilusión de darle la vuelta al duelo. De un plumazo, los azules se pusieron 16-22 y se llevan un punto que deja dudas: al amezketarra le harán pruebas para valorar el estado de su rodilla de cara al enfrentamiento del viernes en el Atano III, mientras que Abel tendrá que valorar el estado de su mano.