PAMPLONA - No parar. Siempre hacia delante. Esa es la manera de afrontar los retos de Carlota Ciganda. La navarra nunca se ha rendido y ahora empieza a recoger los frutos de sus duros años de trabajo.

¿Qué tal está de moral tras su última victoria?

-Estoy muy contenta de haber logrado mi segundo título en el LPGA. Fue una maravilla. Además estuvieron mis padres conmigo, todo muy emotivo.

Está en racha.

-Llevo todo el año jugando muy bien. Ahora se están viendo los resultados, pero llevo todo el año sólida y pegándole bien. He conseguido acabar varias veces entre las veinte mejores, otras entre las diez? Está siendo una temporada muy buena.

El mes pasado consiguió estrenarse en el circuito americano tras varios años persiguiendo su primera victoria, ¿cómo fue quitarse por fin esa espina?

-Fue increíble. Una sensación muy chula porque al final sabía que iba a ganar, pero no sabía cuando. Había quedado segunda varias veces y me empezaba a preguntar si iba a ganar o no. Al final ocurrió y fue increíble. Además, lo hice en Corea, donde el golf es muy grande.

¿Llegó a desesperarse por no lograr su primera victoria?

-Sabía que iba a llegar porque estaba jugando contra las mejores jugadoras del mundo y al compararme no me veía lejos de ellas. Era cuestión de tener paciencia, seguir trabajando y en los momentos duros, que a veces te planteas si todo esto merece la pena, seguir y no pararse.

Le costó lograr la primera, pero la segunda llegó en el plazo de un mes.

-Una vez que conseguí la primera, me dio muchísima confianza. He seguido jugando muy bien, tengo ganas de mejorar y hacer más cosas. Creo que las cosas van a ir a mejor.

¿Para quién van estas victorias?

-Me acuerdo siempre de toda la gente que me ha ayudado, de Rogelio, mi entrenador de toda la vida. También me acuerdo mucho de mi familia y de todas las personas que me ayudan a ser quien soy.

¿Dónde está la clave de su mejoría?

-Creo que es un trabajo continuo. No he parado en ningún momento, tanto a nivel físico como mental. Estoy con un coach nuevo, también tengo un entrenador de un grandísimo nivel y un caddie nuevo que me está ayudando un montón. Es un señor que lleva 35 años en el circuito por lo que tiene muchísima experiencia y sabe mucho. Por lo demás no hay secretos. Entrenar y seguir, no parar nunca.

¿Cómo se siente al ver su nombre en el undécimo puesto del ranking mundial?

-Es una alegría muy grande, pero tengo ganas de más. No me conformo con ganar un torneo o dos, quiero seguir mejorando, tengo varias cosas en las que trabajar y resolviendo esos detalles puedo llegar a lo más alto.

Así que el número uno del mundo es un objetivo real.

-Sí. No sé cuándo, pero creo que puede llegar.

Ahora tiene ante sí la final del circuito en Naples (Florida), ¿con qué objetivo acude?

-Intentaré jugar lo mejor posible. Si sigo jugando así, estaré también arriba. Ganar es complicado porque son las mejores de todo el año, pero lograr acabar entre las cinco o diez primeras sí que estaría bien.

¿Y después de Florida?

-Iré a casa a descansar para recargar pilas. El año es largo, son once meses compitiendo y muchas semanas viajando por el mundo. Me hace falta un poco de descanso, despejar la cabeza para empezar con ganas la siguiente temporada.