Kukullaga36

Garlan 17

KUKULLAGA Leire (2), Irene (8), Irati (5), Garazi (1), Paula (7), Sarai (1), Lucía, Zohira (2), Lucía P (2), Sonia (1), Maialen (1), Maiden (2), Leire (2), Leire O. (2) y Yara,

GARLAN LEGUMBRES Aitziber, Yurema (5), Leticia (4), Raquel (2), Paula(1), Nerea (1), Idoia (1), Nagore (1), Itziar (2), Nefer, Ana, Lierni, Oihane y Hoda. Pabellón Etxebarri. 8ª jornada de Liga.

vitoria - Tras el muy buen partido de la semana pasada ante el Beti Onak, la escuadra alavesa se desplazaba el pasado sábado a la cancha del Kukullaga con muchas bajas pero también con la moral fortalecida. Se medían ante un equipo que le precedía en la tabla y al que era importante ganar para acortar las distancias y salir del pozo de las últimas posiciones. Pero no pudo ser. El Garlan Legumbres volvió a mostrar su peor versión, la misma que tan peligrosamente está enseñando esta temporada contra los equipos de la que sería “su liga”, y que deja sin valor los muy buenos partidos que ha realizado ante los equipos punteros de su grupo de la División de Honor Plata.

El partido no tuvo historia, aunque se hizo interminable. Ya desde el inicio se vio claro que las alavesas se habían dejado la defensa en Vitoria. Irreconocible el equipo en su, habitualmente, mejor arma. Sin hacer grandes cosas y sin jugadoras especialmente brillantes, las vizcaínas, a través de largas circulaciones del balón hasta rozar el pasivo, conseguían perforar el nominal 6.0 que planteaban las alavesas mientras que, en el otro lado un ataque sin alma, no encontraban el camino a la portería.

si no se está por la labor... La puesta en escena fue tal que obligó al técnico vitoriano a solicitar su primer tiempo muerto antes de cumplirse el minuto 6 y con un claro 4-0 en contra. Iñaki Santamaría intentó activar su defensa transformándola en un 5.1 que desactivó momentáneamente a las locales pero que seguía sin encontrar el ánimo y la contundencia necesarios para contrarrestar los ataques rivales. Así, para el minuto 12 y con un todavía más claro 10-3 en el marcador, el técnico del Garlan agotaba su segundo tiempo muerto y ordenaba una defensa 3. 2.1 que sólo sirvió para demostrar que, cuando el equipo no está por la labor, da lo mismo el sistema propuesto.

Con una defensa inexistente, lógicamente la moral se resiente y crecen las dudas y la desconfianza en las propias posibilidades. Y eso se trasmite también al ataque con balones perdidos, circulaciones planas y lanzamientos inofensivos que llevaron el tanteo a un claro 20-8 al descanso. Y la sensación de que lo peor no era el resultado. Con el partido hacía tiempo ya sentenciado, el Kukullaga no hizo más que desarrollar su juego alegre, simple pero eficaz, bien con penetraciones por el centro o con circulaciones hasta los extremos. Mientras que en defensa, ante el poco peligro generado por las vitorianas, se animaban a robar balones y realizar contraataques. El 36-17 final resume en sí mismo la crónica de lo que fue un partido fantasma donde el Kuku apenas sudó en un entrenamiento que no tuvo rival.