Bilbao - El camino de Aitor Elordi en profesionales no ha sido fácil. Las baldosas amarillas de la élite le trajeron durante meses días de un proceso laboral con pocos frutos. Era el camino a seguir, el del tajo constante. El mallabiarra es consciente de que quizás debutó el pasado 3 de enero con “pocos partidos” en el campo aficionado, cuestión salpimentada con una lesión que le tuvo fuera de órbita en el tiempo precedente a su descorche con Aspe. Le costó arrancar. “Llevo mucho tiempo trabajando a destajo y los resultados poco a poco se empiezan a ver”, desgrana el delantero vizcaino. Tanto es así que, con diez meses en la operadora eibarresa recién cumplidos, Elordi disputará hoy mismo las semifinales del Cuatro y Medio de Segunda ante Darío Gómez, manista gafado con las lesiones desde su estreno. Elordi se fajará en Mallabia, ante su gente, en un festival que comienza a las 22.00 horas. El premio es goloso: la final.

Cuenta Aitor que, como todo, la senda, con el reflejo del asfalto del profesionalismo, forma parte de un “proceso”. “No jugué muchos partidos en aficionados e inicié la carrera en Eibar. Al principio, me costó adaptarme y arrancar. Además, llegué al debut después de una lesión. Poco a poco, no obstante, voy cogiendo mi sitio. Creo que voy poco a poco hacia arriba y me siento más cómodo en los partidos”, desbroza Elordi, quien hace hincapié en la evolución: “Poco a poco voy ascendiendo”. Así las cosas, después de casi una temporada en las filas de Aspe, valora que “puede que esté en mi mejor momento. En el Parejas de Promoción no di el nivel y ahora estoy mejor” y considera haber ascendido sus prestaciones “en todo”.

Para el presente acotado, el mallabiarra tenía entre ceja y ceja alcanzar las semifinales, aunque no era su único objetivo. “He trabajado duro en esta distancia. Todos los contrarios son duros y quería hacer un buen campeonato, aunque no pasara de ronda. Es decir, dar el nivel. Me clasifiqué y espero, con un poco más de suerte, seguir hacia adelante”, asevera el puntillero, quien comenzó la preparación específica para la jaula un “mes antes” del inicio del torneo. Así, hoy se encontrará con un Darío que viene reforzado por una clasificación in extremis. Perdió sus primeras dos contiendas y selló por tanteo el billete ante Peña II. “Darío tiene un golpeo de pelota muy violento y un gran saque. Son sus puntos fuertes”, adjetiva.

A favor del vizcaino corre el escenario: el frontón Municipal de Mallabia, el recinto en el que se crió. “Cuando juegas en casa siempre tienes más presión. Si sale todo bien y gano, será un día bonito. Si no das el nivel delante de tu gente, por contra, pasas pena. Como todo, tiene su lado bueno y su lado malo”, recita Elordi, quien finaliza que “llego bien, con confianza y las manos bien”.