Pamplona - “Lo que está claro es que tenemos una final y el que gane, para adelante y el que pierda, para atrás”. Parece una perogrullada la afirmación de Oinatz Bengoetxea pero es una certeza tan absoluta que vale la pena incidir en ella.
Joseba Ezkurdia y Oinatz Bengoetxea eligieron ayer material en el Labrit para un partido (sábado, 18.00 horas, ETB-1) donde se juegan el ser o no ser en la jaula. Todo su universo empezará y terminará en el frontón pamplonés.
Las apuestas dan una ligera ventaja al de Arbizu pero la mayor experiencia del Leitzarra podría hacer saltar la banca. Cuando te bates el cobre a cara o cruz, es difícil atinar en los pronósticos.
Como era de esperar, el de Asegarce se decantó por un material más vivo que el de Aspe, que dada su corpulencia y su estilo de juego, optó por unos cueros algo más pesados.
En lo que sí coincidieron fue en el intercambio de halagos. Se respira respeto mutuo. “Hay que jugar muy bien y regalar poco. Oinatz es un gran pelotari, en cuatro y medio juega muchísimo y mete mucho ritmo. Bengoetxea suele empezar los partidos a tope, a un ritmo increíble”, explicó Joseba, que reincidió en la idea de salir como una moto desde el primer tanto del choque. “Oinatz te mete un ritmo muy fuerte, no te deja ni respirar pero saldré mentalizado de que hay que sufrir y hacer las cosas muy bien”, aseveró.
Por su parte el de Leitza recalcó que el sábado tendrá delante un gran escollo. “Joseba es un rival más que duro, está demostrando los últimos años que complica mucho al contrario. Es muy fuerte, muy agresivo y el partido contra él siempre es duro”, manifestó ayer el delantero.
Ambos llegan al partido habiendo trazado un camino parecido, vías paralelas. Los dos vencieron sin excesiva dificultad a Julen Retegi, que no ha estado fino en el torneo, y los dos perdieron contra Aimar Olaizola y todavía no saben muy bien cómo. Oinatz mandaba con una máxima de 15-11 pero el goizuetarra siempre tiene una respuesta, un golpe de maestría o un as en la manga. Tras igualar en el cartón 18, Aimar finiquitó el choque y consumó la remontada.
optimistas Joseba lo tuvo más cerca (21-16) pero no supo cerrar y Aimar salvó los muebles. “No le he dado mucha importancia al último partido”, destacó ayer el de Aspe y matizó: “Me quedo con la sensación de que jugué un buen partido y fui competitivo”.
Misma visión de Bengoetxea: “Estoy contento con el nivel que he dado en los dos partidos. En el primero tuve opciones de ganar ante Aimar, que no es poco, y el segundo partido me salieron bien las cosas aunque Julen tampoco tuvo su día”.
En lo que coinciden los protagonistas -y en general todo el mundo, incluido apostadores- es que el choque va a ser intenso, duro, de desgaste y que puede caer para cualquiera de los dos lados. Cara o cruz en el Labrit entre dos pelotaris que no se van a amilanar en absoluto. El duelo está servido.