La vida de un ciclista cabe en lo que ocupa una maleta. Elemento inseparable, siempre dispuesta, en continua gira. Feriante con asas y ruedas. La de Ion Izagirre (4 de febrero de 1989, Ormaiztegi), acostumbrada a las proximidades, al tendal de los maillots lucidos a un palmo del hogar: Orbea, Euskaltel y Movistar, en el vecindario de Euskal Herria, se aventura a Bahrain, un viaje hacia lo desconocido, un rito iniciático. Piel de mudanza para el guipuzcoano. “Sí que se siente cierto nerviosismo porque siempre he corrido en equipos de casa y esta vez será todo nuevo para mí. De algún modo, descubriré un nuevo mundo, tendré que manejarme en otro idioma... y a medida que llega el día de reunirnos por primera vez con el equipo, siento cierto cosquilleo. Es un cambio radical”, describe Ion Izagirre, con el petate de la ilusión colgado para su incorporación al Bahrain-Merida.
El país balcánico será el punto de encuentro para el desembalaje de Izagirre. Para que las mariposas del estómago aleteen los colores del cosquilleo ante lo novedoso. “Será como el primer día de clase, cuando tienes que conocer a la gente, ver cómo encajas... Para mí será una novedad después de tres años en Movistar, donde ya tenía hecho mi hueco y estaba como en casa. En ese aspecto tengo esa incertidumbre. Esto será diferente para mí, pero eso también me sirve de aliciente”, expone Ion Izagirre, que no podrá compartir casaca con su hermano mayor, Gorka, que siempre ha ejercido de hermano mayor. “Me cuida, me da muchos consejos. Hablamos mucho, tenemos mucha confianza. Le echaré de menos en ese aspecto”, reflexiona Ion Izagirre, que no pudo convencer al Movistar para que también abriera la puerta a su hermano, con contrato en vigor, al igual que Ion. “Es una pena porque mi hermano significa mucho para mí. Pero bueno, conmigo vendrá mi primo Jon Ander (Insausti, corredor del Euskadi Murias) y también un masajista de confianza. Eso facilitará el proceso de adaptación”, confiesa el ciclista guipuzcoano.
Ganador de una magnífica etapa en el Tour con final en Morzine -“la mejor de mis victorias, el sueño de cualquiera”, reconoce Ion -, vencedor del prólogo del Tour de Romandía, de una crono en la Vuelta a Suiza, del estatal contrarreloj y la clásica Miguel Indurain, además de muy significado en vueltas de una semana, Izagirre era una de las piezas más codiciadas.
al lado de nibali Ese rastro púrpura alumbró el interés del Bahrain, que ha reclutado a Ion Izagirre para los dos próximas campañas como complemento de Vincenzo Nibali. “Intentaré aprender de él”, lanza Izagirre sobre el líder indiscutible de la formación árabe y cabeza de cartel de un proyecto que también ha seducido a Purito Rodríguez, que después de que anunciara su despedida entre sollozos, ha decidido enrolarse en la estructura árabe al tratarse de “una oferta irrechazable”. El catalán cederá sus puntos UCI al Bahrain para enfatizar el escalafón de la formación árabe que pretende ser importante desde el amanecer. La luz de Izagirre, que fue sondeado en agosto, será la segunda luminaria del adinerado Bahrain-Merida. “Tendré más responsabilidad en el equipo y eso me gusta. Mi objetivo será brillar en las vueltas de una semana y luego tendré libertad para poder luchar por etapas en la grandes vueltas. Ese salto en lo profesional es una aliciente para mí”, describe Ion Izagirre.
Pieza cotizada después de un curso estupendo, “espero que el próximo año sea tan bueno como este”, estima Izagirre, que en el Movistar “estaba más tapado. Pero es normal teniendo corredores como Quintana y Valverde”. En el Bahrain su impacto será, a priori, mayor. Eso no asusta a Izagirre, muy al contrario, le motiva. El ciclista está encantado con la posibilidad de agarrar el manillar de la responsabilidad.