Bilbao - Finalizada su trayectoria con Libia, ¿qué sensaciones le quedan? Imagino que ha tenido que ser una experiencia fascinante.

-Complicada y fascinante, pero la salida es rara. Renovaba de año en año si las dos partes estábamos conforme. Y así hemos estado tres años. ¿Qué ha pasado? Pues que no han cumplido con el contrato, porque la situación con la guerra ha sido mala. Yo no les decía nada, pero después de pasar todo un año sin pagar y mis ayudantes sin cobrar, les dije: empezamos el Mundial pero si no cumplís lo tenemos que dejar, y ya está. Además perdimos en el Congo, mucho equipo para nosotros, y es cuando sacaron esa noticia de la destitución.

Y con 66 años, tanto trajín y en un sitio tan convulso ¿no cansaba?

-A mí lo que me gusta es entrenar. Lo de viajar es incómodo... Pero lo más duro y más difícil no es el trabajo en sí, sino tener que vivir en un hotel, comer sus comidas.

Y ahora, ¿qué?

-A esperar y en cuanto tenga un trabajo que me ilusione, cogerlo. Sea en España o en el extranjero.

Es decir, dispuesto a todo.

-Es que sin el fútbol me aburro. Yo puedo estar perfectamente sin entrenar, pero al de una semana lo veo todo muy monótono. Y entrenando, disfruto.

¿Su adicción al fútbol sigue siendo irremediable?

-Sí. Pero cada vez me canso más, sobre todo cuando tengo muchos viajes y mucho lío de partidos. Porque tampoco estoy en clubes poderosos, no tengo muchos medios y tengo que trabajar más. Si fuera a un club rico tendría seis o siete ayudantes. En Libia tenía solo un ayudante, luego dos y a a trabajar más.

¿Y aún tiene esperanza de que eso ocurra, que le llame un club rico?

-De España, no, por la prensa. Pero tengo esperanzas de irme a Catar o Dubai.

¿Y son esperanzas fundadas?

-Sí. Hay pequeños contactos, pero no con mucha formalidad porque no pude entrar en conversaciones serias porque tenía contrato en vigor.

Supongo que irá al derbi entre Athletic y Real...

-No me lo puedo perder. Para mí es el partido más bonito del año.

Y en sus buenos tiempos le gustaba calentarlo. Ahora no ocurre así.

-Cada equipo tiene que defender su club, y mientras he estado en el Athletic lo he defendido... alguno no le ha gustado. Ahora no defienden nada; las juntas directivas... antes era otra cosa.

Pero el Athletic se clasifica para Europa con regularidad.

-Me parece poca aspiración entrar en UEFA. A los directivos quedar séptimos y entrar en UEFA les parecerá una hazaña, pero a mí no me satisface nada.

¿Pero hay plantilla para aspirar a más?

-Deberíamos aspirar a más. Igual ahora no podemos, porque eso significa tener mejores jugadores, que el público apriete más, que se nos considere más, que se nos tema... La calma y que no puedas decir nada, y que los del Athletic estén medio apartados son cosas que al club le van mal.

Intuyo que está como resentido con la actual directiva...

-No, pero creo que el camino que está llevando el Athletic no es el camino por el que podamos aspirar a ser campeones. Esas aspiraciones se han acabado.

¿Y qué se debería hacer?

-Si tu no aspiras a ser campeón... si no se aspira a llegar a un sitio, es muy difícil alcanzarlo. Lo consiguen los que aspiran. Y si tu aspiras a ser campeón, te preocupas de jugar y de tener equipo para ser campeón.