Loiu - A Alberto Zerain solamente le quedan ya Annapurna, Broad Peak, Nanga Parbat, Shisha Pangma y Cho Oyu para meterse en la nómina de alpinistas capaces de coronar los catorce ochomiles. El Manaslu fue su último hito. El noveno cielo del gasteiztarra. “Siempre digo lo mismo, ya se verá en el futuro lo que hago. No quiero desvelar nada. Aun así, no entra en mis planes ser uno de los escaladores en hacer los catorce. Puede que me apetezca más repetir una montaña que ir contando por contar”, desgranó Zerain ayer, nada más llegar al aeropuerto de Loiu, al que aterrizaba desde Katmandú. Quiso agradecer en primer lugar el apoyo de “Saunier Duval” y lanzó una dedicatoria a “Juanito Oiarzabal”.

El alpinista alavés y Mariano Galván tenían previsto coronar el Manaslu por la vertiente Norte, en la que se encontraron mayores problemas de los esperados y tuvieron que desistir. “Cuando el Campo 2 desapareció, decidimos ir por la ruta normal. El Manaslu, hoy en día, está colapsado. Hubo dos días en los que había posibilidad de hacer cumbre y había 300 personas. No pudimos llegar a ese ataque. El día 4 logramos hollar la cima sin montar campamentos. Es decir, cargando todo a la espalda. Eso hizo que haya disfrutado de la montaña de un modo especial”, reveló el montañero. Asimismo, explicó que “fuimos dos alpinistas solitarios a los que se nos acumuló el trabajo. Abrimos la ruta y seguimos una estrategia madurada, pero luego pasa lo que pasa. Yo tuve que desistir del ataque, porque es difícil hacer algo nuevo y sin material, más. Mariano Galván pensó distinto. Empleó el alpinismo de renuncia de Messner, pero renunciando a todo, incluida la cumbre, porque no le quedaba nada. Tenía que salvar su vida. Salió por la vía clásica a los cuatro días”.

Durante la expedición, Zerain y Galván tuvieron un encontronazo con Russell Brice, uno de los guías de comerciales del Manaslu. “Estábamos dentro de un permiso que encabezaba él como líder, pero en nuestra expedición lo teníamos cuatro personas: los dos italianos, Mariano y yo. En cuanto vio que dos personas no iban a ir por la vía clásica, empezó a meter ruido y llamó a nuestra agencia. Es una persona de peso en las expediciones comerciales y, al final, provocó que, en vez de intentar abrir la ruta con las ganas que se merece, tuviéramos que estar pendientes de si nos metían un puro”, confesó Zerain, quien apostilló que “es una cosa que nunca me había pasado. Cuando compras un permiso, normalmente puedes elegir la ruta. Parece que no es así. Esta persona, al ser el líder, nos hizo ponernos de mala leche. Visto lo visto, creo que es peligroso ir tanta gente por una ruta: la mayoría eran comerciales y con oxígeno. Eso sí es peligroso y no lo que hacíamos nosotros”. Además, manifestó que pudo haber cierta relación entre ese problema y la desaparición de la tienda en el Campo 2. “No se debió a la naturaleza, ya que ni la nieve la tapó ni se la llevaron los vientos. Haciendo cábalas, nos sale que hay alguna relación entre la persona a la que molestábamos por ir por esa ruta y la expedición japonesa. Nos quedamos con esa idea. No hubo ningún indicio de que se lo hubiera llevado la naturaleza y, por ahí, solamente pasó la expedición japonesa a unos cien metros”, agregó el montañero alavés.

Haciendo balance, Zerain logró en el Manaslu su cima más tardía. “Llegué una hora antes del anochecer, pero sabía que iba a escaparme rápido. Tenía claro que iba a asegurar la cumbre. Con la ventisca no veía bien y se me acumuló el cansancio, llegué a perderme porque no veía. Elegí ir al amanecer y llegué. Después, me quedé media hora en la cumbre. Incluso, pequé de estar demasiado tiempo allí sacando fotos”, concretó el montañero alavés, quien finalizó que, de los nueve ochomiles, se queda con que “el Manaslu me ha costado mucho hacerlo”. “Ha sido una lucha titánica. La nieve estaba complicadísima. Hubo momentos en los que andamos a cuatro patas. Andábamos como si fuéramos yetis”, remachó.

Nombre. Alberto Zerain.

Nacimiento. 20 de agosto de 1961, Gasteiz.

Sus ochomiles. Coronó el Everest en 1993 y ascendió el Makalu en 1995. Ya en 2000, subió de nuevo el Everest por la norte. En 2001 holló el Lhotse y también el Ama Dablam. En 2006 dobló y coronó el Ghaserbrum I y el II. El K2, por las dos caras, lo hizo en 2008 y en 2009 pisó la cima del Kangchenjunga. En 2010 trató de repetir el Everest, pero falló. También se le resistió el Nanga Parbat en 2011. Este año ha coronado Dhaulagiri y Manaslu.