BILBAO - La Liga San Miguel apura su temporada y, a falta de cuatro jornadas, el campo de regatas de Portugalete se ha convertido en uno de los protagonistas de la parte final del curso. Tres de las cuatro últimas citas se disputarán en la ría y Urdaibai y Hondarribia deberán batirse el cobre en un escenario en el que es complicadísimo ganar, pero muy sencillo perder. El error no está permitido, cualquier ciaboga mal tomada o equivocación a la hora de enfilar la trainera puede ser decisivo. Los patrones deben trabajar mucho y mantener una concentración máxima para sacar el mayor rendimiento a las corrientes y no verse muy perjudicados por ellas. Sin embargo, Portugalete no es solo corrientes o calles buenas y malas. Portugalete se ha convertido en una de las regatas más atractivas para los remeros debido a sus particulares características, con el público apretando fuerte desde las orillas y jaleándoles en todo momento. Asimismo, mañana a partir de las 18.00 horas se disputará la Bandera Ambilamp Reciclamos la Luz y el domingo a las 12.00 se celebrará la última regata con 12 embarcaciones en liza, la Bandera Noble Villa de Portugalete.
El campo de regatas de Portugalete gusta a los patrones. Sin parar en ningún momento y realizando maniobras una tras otra. “Me gusta mucho, aunque sea un campo más estrecho y más peligroso. Ya cuando remaba con Zarautz me encantaban estas regatas porque el trabajo del patrón es bastante constante e importante, aun siendo ría”, reconoce Gorka Aranberri. Sin embargo, el patrón de la Bou Bizkaia no tendrá tiempo para disfrutar, se juega mucho. Urdaibai y Hondarribia están en un pañuelo y según el zarauztarra el azar puede llegar a ser decisivo: “Estamos separados por un punto y se va a decidir la liga por cuestión de suerte. Si toca la mala calle habrá que tirar y tratar de salvar el culo. Cada uno tiene que hacer su regata, es lo que hay, y al que le toque la mala calle tendrá otra oportunidad el domingo”.
La influencia del sorteo de las calles es una de las mayores preocupaciones a la hora de competir en Portugalete. Todos quieren la calle deseada y las alarmas saltan cuando hay en juego algo más que una mera bandera. Aunque Asier Zurinaga opina que está situación no es algo exclusivo de la ría: “Creo que se exagera. Viendo la igualdad que hay en la liga, prácticamente estamos dependiendo del sorteo en todas las regatas. Sin ir más lejos, en Hondarribia se vio como si tocaba la calle tres o cuatro había más opciones. Además, estoy convencido de que el que tenga que estar ahí estará, sea la calle que sea, y si tiramos de hemeroteca casi siempre ganan los favoritos”. El patrón sestaoarra será un espectador de lujo en la batalla entre Urdaibai y Hondarribia, al compartir regata con ellos en la tanda de honor. “Tanto Kaiku como San Juan podemos ser jueces. Nosotros vamos a salir a ganar y no vamos a ceder ningún metro a nadie”, afirma.
Aunque uno de los que mejor conoce el campo de regatas de Portugalete es Joseba Mancebón. En el club desde hace nueve años, el patrón de la Jarrillera vive una jornada especial cada vez que la Liga San Miguel hace parada en su localidad. “Es el sitio en el que entrenamos todo el año y es la regata de casa. Tenemos la suerte de remar ahora tres veces y para mi es un campo de regatas bonito”, declara. Los secretos de este escenario no son extraños para Mancebón, que opina que una de las cosas por las que se habla tanto de la diferencia de calles es porque “se rema tanto que todo el mundo conoce las diferencias y no es que haya más, simplemente que la gente las conoce mejor”. Sin embargo, a la hora de decidirse por una calle, el remero jarrillero tiene claro cuál es su favorita: “Por las orillas, que es donde más se nota a la gente”.
Este fin de semana hay mucho en juego y cualquier mínimo detalle puede desequilibrar la balanza hacia Bermeo u Hondarribia. Iker Gimeno opina que se podrían hacer de diferente manera las cosas para apostar por la igualdad: “Soy partidario de que se puede hacer en formato contrarreloj y a dos tandas de seis, en vez de las tres habituales. Hay mucha diferencia entre cómo está el campo de regatas quince minutos antes o quince después”. Al patrón de Zierbena la ría no le desagrada y la considera “un lugar bonito” para competir. Sin embargo Gimeno es un hombre de mar. El salitre está en su sangre y disfruta a la hora de batirse con las olas. Es el lugar dónde las carencias de los botes pueden salir más a relucir y la técnica y la potencia son indispensables: “A mi me gustaría que todas las regatas de la ACT se hicieran en la mar. Parece que solo miran por el espectador y el espectáculo, pero deberían mirar también por el deportista”.