- El Sporting, que emitió ayer un comunicado oficial y un vídeo para condenar “cualquier tipo de acto de racismo, xenofobia o conducta violenta en el deporte”, podría recibir una fuerte multa económica y sufrir el cierre parcial del Fondo Sur de El Molinón por los gritos racistas que se escucharon desde dicho sector del campo en contra de Iñaki Williams el pasado domingo. Corría el minuto 21 del partido que enfrentó a los asturianos con el Athletic cuando los gritos racistas de un minoritario pero ruidoso grupo de seguidores locales en contra del jugador rojiblanco cogieron fuerza, lo que no pasó desapercibido para el colegiado Clos Gómez. El trencilla aragonés detuvo inmediatamente el encuentro y se dirigió a la zona de banquillos para informar al respecto a los entrenadores de ambos equipos, así como al delegado de campo para que se avisara al público asistente de que no iba a tolerar nuevos improperios.

“Se ruega a los espectadores que no realicen gritos racistas ni xenófobos”, se escuchó entonces a través de la megafonía, a lo que los radicales locales respondieron con incesantes silbidos a Williams cada vez que recibía el balón. Víctor Rodríguez, jugador del Sporting, afirmó ayer en relación a la detención del partido que “me sorprendió bastante. Creo que incluso Iñaki fue el primer sorprendido, porque al parecer no había escuchado nada e Isma, que también estaba por ahí, tampoco. A partir de ahí, espero que la sanción no sea cerrar el campo, porque es muy bonito jugar con El Molinón así”. Menos sorprendido se mostró Ernesto Valverde por la reacción del árbitro. “Me parece que ha hecho lo correcto, de la misma manera que me parecería normal si sucede en San Mamés con un equipo rival. No me gusta que algo así suceda con nadie”, manifestó el entrenador del Athletic sobre un grave incidente que ha tenido repercusión en prestigiosos periódicos internacionales como la Gazzetta Dello Sport, en Italia.

La Comisión Antiviolencia, la encargada de tomar medidas ejemplarizantes, podrá basar su veredicto en el acta arbitral de Clos Gómez. “En el minuto 22 he detenido el partido durante 1 minuto debido a que desde uno de los fondos se profirieron sonidos imitando la onomatopeya del mono dirigido al jugador numero 11 D. Iñaki Williams Arthur”, escribió el árbitro. La desagradable situación en la que se vio envuelto Williams, desgraciadamente, no es nueva en el mundo del fútbol. El pasado mes de febrero, en Italia, el colegiado Massimiliano Irrati también decidió suspender durante varios minutos el partido que enfrenó a Lazio y Nápoles por los insultos racistas que recibió el visitante Kalidou Koulibaly. El tribunal disciplinario del Calcio sancionó a la Lazio con el cierre de dos partidos de la Grada Norte del Estadio Olímpico de Roma y una multa de 50.000 euros.

También existen precedentes en la liga española, donde no es la primera vez que un árbitro opta por parar un encuentro. Ocurrió, por ejemplo, durante el envite que enfrentó a Elche y Granada en el Martínez Valero en octubre de 2013. Antiviolencia no tardó entonces en aplaudir la decisión de Carlos del Cerro Grande de detener el partido por los gritos e insultos racistas que se escucharon desde la grada. Como consecuencia del comportamiento de un pequeño grupo de seguidores del Elche, Antiviolencia decidió sancionar a cada uno de los dos aficionados identificados con una multa de 4.000 euros y la prohibición de acceder a cualquier recinto deportivo por un periodo de 12 meses.

Otros casos Entre los futbolistas que también sufrieron actos racistas en el pasado se encuentran Mario Balotelli, Samuel Eto’o y Roberto Carlos, quien abandonó el terreno de juego cuando militaba en el Anzhi ruso después de que le lanzaran un plátano en junio de 2011. Lo mismo quiso hacer Eto’o en 2006, mientras defendía la camiseta del Barcelona. El incidente tuvo lugar en La Romareda, donde el camerunés se dirigió a la banda con la intención de poner fin a su participación en el partido. “No juego más”, dijo Eto’o, a quien finalmente Frank Rijkaard y sus compañeros convencieron para que volviera al campo.

Dos años antes, en 2004, había lanzado un pelotazo a la grada del Coliseum Alfonso Pérez por otros insultos racistas que también ha padecido en más una ocasión Balotelli, Dani Alves o el actual jugador de Las Palmas, Kevin Prince Boateng, quien abandonó el campo acompañado por el resto de compañeros del Milan en un amistoso. El racismo, con Iñaki Williams como última víctima, volvió a aparecer el domingo en El Molinón, cuyo Fondo Sur podría cerrarse parcialmente en los próximos partidos como local del Sporting.