Baiona (Pontevedra) - El recorrido de la presente edición de la Vuelta a España presenta tan pocas etapas propicias para los especialistas en finales masivos que ha dejado en sus casas a los esprínters de primer nivel del pelotón internacional.

Únicamente siete de las 21 jornadas de la carrera -un tercio- entran en la categoría de llanas, y solo una, la última entre Las Rozas y Madrid, no tiene ningún puerto a lo largo de su recorrido. Otras dos, mientras tanto, acaban en alto. La primera posibilidad de llegada al esprint se disputó ayer entre Ourense y Baiona, con un puerto de tercera categoría en el ecuador, un recorrido similar al de la quinta etapa, que se correrá el martes entre Viveiro y Lugo.

También son llanas, aunque con final en alto, las etapas ocho y once, la primera entre Villalpando (Zamora) y La Camperona (León) y la segunda entre Colunga (Asturias) y Peña Cabarga (Cantabria), lo que descarta casi completamente a los esprínters tradicionales.

Estos volverán a tener una oportunidad el 5 de septiembre en la decimosexta prueba, entre Alcañiz (Teruel) y Peñíscola (Castellón) con un puerto de tercera entre medias, y una vez más dos días más tarde, entre Requena (Valencia) y Gandía (Valencia), con un puerto de segunda al principio. La única etapa sin ascensiones -al margen de las dos que se disputan a contrarreloj- es la última, que se celebra el 11 de septiembre, arranca en Las Rozas y termina en Madrid.

Este escenario ha hecho que los esprínters hayan decidido quedarse en casa y centrarse en otras competiciones como los recientes Juegos de Río, carreras de un día o el próximo Campeonato del Mundo en ruta, que se corre en Catar en septiembre.

A todo esto hay que sumarle el hecho de que en el último lustro solo un especialista en llegadas masivas haya sido capaz de imponerse en la clasificación de los puntos: John Degenkolb en 2014. La clasificación ha estado dominada en los últimos años por los especialistas en finales en alto y por los más fuertes en la general, por las características del recorrido.

Sin Degenkolb, Greipel, Cavendish, Kittel, Coquard o Bouhanni, ahora es necesario prestar atención a otros ciclistas que suelen ocupar la segunda fila pero que querrán protagonismo en las pocas oportunidades que les brinda esta Vuelta. - Efe