RÍO - “Correr desde la playa a la transición se me hizo eterno y sobre la bicicleta me dolió mucho más que en días anteriores”, explicó entre lágrimas Ainhoa Murua. La triatleta zarauztarra llegó a los Juegos de Río con la ilusión de superar el diploma conseguido en Londres, sin embargo, una rotura de estrés en el calcáreo izquierdo provocó que su participación en Brasil estuviera en el aire. A pesar de ello, Murua arriesgó. Quería convertirse en la triatleta más veterana que competía en una cita olímpica y, además, a sus 39 años deseaba sumar sus cuatros Juegos, una gesta tan solo al alcance de unas pocas elegidas. Por todo ello, la zarauztarra comenzó ayer el triatlón. Sabía que no lo acabaría, sabría que el dolo podría con ella. Pero quiso estar en la salida y aguantar todo lo que pudiera. Duró en pie hasta el tramo corriendo. Es decir, acabó la natación y el ciclismo, ganó al mar y a la bicicleta. Pero no pudo con el asfalto. Cuando la prueba llegaba a su fin, Murua tuvo que abandonar. Y por eso lloró.
Murua se marchó del circuito cojeando y con lágrimas en los ojos, pero orgullosa de lo que había conseguido. “Lo que ha hecho Ainhoa es una proeza deportiva”, reconoció Iñaki Arenal, seleccionador español de triatlón. Y, así, con un abandono anunciado convertido en proeza, la zarauztarra cerró en Copacabana su historia olímpica. Antes, mucho antes, la triatleta vasca entró cojeando al agua y acabó en un meritorio puesto 29, aunque muy lejos de lo que acostumbra una gran nadadora como ella. Sin embargo, cuando volvió a pisar la arena de la playa carioca, la cojera se hizo todavía más patente. Lo lógico hubiera sido retirarse. Murua, sin embargo, decidió hacer un esfuerzo más. Aguantó. Tiró de garra porque no quería despedirse tan rápido de sus últimos Juegos. Así se mordió la lengua y tiró. Completó el recorrido en bicicleta a 3,16 minutos del pelotón de las favoritas, mejor de lo esperado, y abandonó la prueba llorando. “Había que intentarlo”, dijo en la zona mixta.
sin sorpresas La estadounidense Gwen Jorgensen cumplió los pronósticos y se proclamó campeona olímpica de triatlón al imponerse en la prueba disputada ayer en el circuito trazado en torno a la playa de Copacabana. La yanqui se impuso a todas sus rivales con gran autoridad, mientras que la suiza Nicola Spiring, colosal en la prueba olímpica tras no dejarse ver en todo el año, ganó la batalla por la plata tras tirar durante gran parte de la prueba ciclista de un grupo integrado por la sueca Lisa Norden -a quien la foto finish relegó a plata hace cuatro años en Londres y que en esta ocasión se quedó fuera del podio-. En cuanto al bronce, fue a parar al cuello de la británica Victoria Holland.