río de janeiro - Rafa Nadal ha sido un león enjaulado en los dos últimos meses. En este tiempo una lesión en la muñeca izquierda le ha apartado de la competición cuando, como él mismo ha dicho, “estaba otra vez a mi mejor nivel”. Por eso, está en los Juegos de Río para recuperar todas esas sensaciones ganadoras que se ha perdido desde Roland Garros. Hace un par de semanas su presencia en la ciudad carioca era incierta, pero una vez Nadal paseó la bandera y entró en el torneo, exhibió ese hambre de competición que había estado adormecida, a su pesar.

La decisión de retirarse del tormeo de dobles mixto que tenía que disputar junto a Garbiñe Muguruza, por recomendación médica, tenía como objetivo llegar con fuerzas suficientes al duelo de ayer ante Thomaz Bellucci que se anunciaba tan complicado como resultó, en medio de un ambiente digno de Copa Davis. Así, el brasileño salió como un tiro, recordando al tenis que llegó a rozar el Top 15, y jugó un primer set modélico en el que arrinconó a Nadal con tiros muy profundos para adelantarse por 6-2 y encender aún más a la grada de la pista central del complejo de Jacarepaguá.

Igual que ocurrió en el día, siempre que llueve escampa y Nadal capeó el temporal de Bellucci para ir haciéndose con las riendas. El balear empezó a alargar sus golpes y aumentar su cifra de golpes ganadores. Al mismo tiempo, el saque del brasileño empezó a perder efectividad y eso fue lo que permitió a Nadal dar la vuelta a la situación e igualar el duelo: 4-6.

Los ánimos del público ya no eran los mismos ni Bellucci andaba sobrado de confianza. Sus mejores momentos ya habían pasado. Nadal protegió su servicio a cal y canto, incluso con el segundo, y tomó una ventaja de 4-1 en el tercer set que se le hizo una montaña al jugador local, que veía pasar la gran oportunidad de su vida. Rafa Nadal cerró el tercer con un 6-2 y puso los pies en las semifinales, a un triunfo de otra medalla olímpica, y corrió hacia el vestuario para recuperar energías y afrontar en las mejores condiciomnes posibles la final de dobles junto a Marc López. Entonces aún era posible emular al chileno Nicolás Massú, el único tenista que ha logrado el oro en individuales y en dobles.

El rival del mallorquín en lasemifinal individual será Juan Martín del Potro, cuyo regreso al primer plano hay que celebrar. El argentino superó a Roberto Bautista por 7-5 y 7-6 y jugará por una medalla después de haber pasado por otro calvario por culpa de una lesión en su muñeca.

La otra semifinal masculina la jugarán el actual campeón, Andy Murray, que tuvo que ir a un tie-break en el tercer set para eliminar al estadounidense Steve Johnson, y el japonés Nishikori.

puig estira la sorpresa En el torneo femenino, la primera finalista es Mónica Puig, que no entraba en ningún pronóstico al inicio de los Juegos. Pero la portorriqueña, en ascenso en su juego y en el ranking mundial, eliminó a Petra Kvitova en tres sets y demostró que su triunfo ante Garbiñe Muguruza no fue casualidad. Sea cual sea el color, Puig es la primera medallista olímpica femenina de la historia de su país. Su rival salía del duelo entre Angelique Kerber y Madison Keys.

También llegaron a la final femenina de dobles las rusas Elena Vesnina y Makarova y Ekaterina Makarova, que habían eliminado en cuartos de final a Muguruza y Suárez.