RÍO- Pablo Carrera parece tener la maldición del punto. Porque si el pasado sábado se quedó fuera de la final de pistola de aire comprimido a diez metros por esa distancia, por apenas un punto, el tirador bilbaíno tuvo el mismo destino, o mala suerte, en la modalidad de 50 metros. Y es que ayer Carrera buscaba redimirse en la ronda preliminar, pero finalizó en la amarga novena posición, cuando a la lucha por los metales pasan tan solo los ocho primeros.

El bilbaíno consiguió, con 555 puntos, la novena mejor marca de los 41 participantes en los Juegos Olímpicos de Brasil. Un resultado para estar orgulloso, si no se hubiera quedado a un arañazo de la final. A un suspiro del chino Wang Zhiwei, que acabó con los billetes para la siguiente ronda, y al que, además, habría superado en caso de empate por haber logrado siete dieces más (Doce-cinco).

Carrera comenzó desconcentrado y, con un mal primer tiro tuvo que echar el resto en los siguientes. Así, el bilbaíno lastró un mal arranque de competición que no pudo equilibrar en las siguientes tandas de disparo. De hecho, su segunda participación en la cita olímpica de Brasil lleva la firma de 88, 96, 90, 93, 92, 96, lo que escenifica la irregularidad que demostró ayer. Y, en tiro, no solo se premia la efectividad y la puntería, sino también la estabilidad y la precisión. Por ello, Carrera se quedó fuera de una final a la que merecía entrar, por calidad y ambición, pero que se le acabó escapando por tan solo un punto.

Las medallas El surcoreano Jin Jong-oh fue quien se colgó su tercer oro consecutivo en pistola a 50 metros con una puntuación para el recuerdo (567). Dos puntos por detrás finalizó el chino Pang Wei, quien sumó una nueva plata para su país, mientras que el surcoreano Han Seung-woo cerró el podio con el bronce. - N. M.