Río de janeiro - La selección española de waterpolo se liberó del peso de la derrota de la primera jornada ante Italia con un triunfo difícil y que exigió un trabajo máximo ante Estados Unidos (9-10). Fue un partido denso y bronco, que terminó con los jugadores estadounidenses y el banquillo español dedicándose mutuamente gestos de desagrado. Los españoles se adelantaron en el marcador en su primera superioridad con un tanto de Echenique que solo sería el anticipo de su gran primer cuarto. Una acertada intervención de Pinedo a tiro largo de Azevedo permitió mantener la mínima ventaja. Pero enseguida el mismo jugador logró volver a armar el brazo y empatar el partido. Cupido adelantó a los estadounidenses, pero los hombres de Gabi Hernández disputaron entonces sus mejores minutos, con un tiro al palo de Molina y otros dos tantos de Echenique, el último en un contragolpe letal. Molina se soltó finalmente con el 2-4 que puso fin al primer cuarto.
En el segundo parcial España alternó jugadas muy trabajadas de las que sacó buenos frutos con errores de concentración que se plasmaron en bandazos en el marcador: de enjugar con presteza las acometida de Estados Unidos y mantener esos dos goles de ventaja a marcharse al descanso con empate a 5. Con Estados Unidos arriba 7-6, la tensión se tradujo en una tarjeta amarilla al banquillo rojo, pero Muñárriz y Espanyol, el segundo en superioridad, permitieron a su equipo empezar el definitivo cuarto con un margen mínimo, 7-8.
España reservaba lo mejor para el final: Muñárriz, desde muy lejos, y Ballarach, que puso la firma a una elaboradísima jugada de todo el equipo, en superioridad, consiguieron la máxima ventaja de todo el partido, 7-10. El fallo de España en dos superioridades, más un gol de Bonanni a tres minutos y medio del final y otro de Bowen cuando el marcador ya contaba en segundos (9-10) hicieron temer lo peor. Pero no hubo remontada. - Efe