río de janeiro - El corredor belga Greg van Avermaet se proclamó campeón olímpico en la prueba de ciclismo en ruta, con salida y meta en Fuerte de Copacabana sobre 256,4 kilómetros, por delante del danés Jakob Fuglsang y del polaco Rafal Majka, plata y bronce, respectivamente, mientras que el español Joaquim ‘Purito’ Rodríguez fue quinto. Van Avermaet sucedió en el palmarés al kazajo Alexander Vinokurov, oro en Londres 2012, en un desenlace épico, una jornada de sangre, sudor y lágrimas, como las del gran favorito, el italiano Vincenzo Nibali, y el colombiano Sergio Henao, quienes se cayeron cuando veían la medalla en el horizonte. Y es que ya avisó el seleccionador español, Javier Mínguez: “Es el circuito más duro que he visto jamás para una prueba de este tipo”.

Un corte formado por Michael Albasini, Jarlinson Pantano, Simon Geschke, Sven Erik Bystrom, Pavel Kochetkov y Michal Kwiatkowski, campeón mundo en 2014, puso en alerta al pelotón, en el que el español Jonathan Castroviejo, Italia y Gran Bretaña se afanaban porque no fuera más allá de los 9 minutos que alcanzó. Michal Kwiatkowski fue el último superviviente antes de que Italia pasara a la acción. Fabio Aru y Vincenzo Nibali se lanzaron a por el oro que les auguraban los pronósticos, mientras que las opciones españolas, Alejandro Valverde y ‘Purito’ Rodríguez se quedaron rezagados, y llegaron al grupo cabecero.

El catalán se vació en la última prueba en el profesionalismo, tras su reciente anuncio de la retirada, dio caza al minipelotón de Nibali, pero apenas pudo tomar algo de aire antes de que El Tiburón lanzara su ataque final a 18 kilómetros de la meta.

A rueda del italiano sólo le pudo seguir Henao y Majka en la última subida a Vista Chinesa. El podio estaba ya en manos de este trío, pues ni Purito ni sus compañeros de fuga colaboraban para frustrar la escapada del trío Nibali-Henao-Majka.

Pero todo cambió en un segundo: Nibali y Henao se fueron al suelo en el descenso final, Majka se quedó sólo con el oro al alcance. No contaba el polaco con el impetuoso arranque de Avermaet y Fuglsang, que le dieron alcance a apenas 1,5 kilómetros de la meta y le dejaron con el consuelo del bronce.

El ganador de la Tirreno Adriático y de una etapa del Tour en este 2016 se colgó la medalla más lustrosa de su currículo. El combativo Joaquim Rodríguez podrá enmarcar un diploma olímpico en su casa de Andorra, el escenario en el que llegó a imaginar ser ciclista. Aunque los sueños no le alcanzarían quizá a ser número uno del mundo, ganar tres etapas en el Tour, ganar la Flecha Valona o lograr una plata y un bronce en los Mundiales. Valverde, sin piernas, acabó trigésimo. - DNA