Las cifras absolutas y porcentuales de participación femenina en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro serán muy similares a las registradas hace cuatro años en Londres, unos números siguen aproximándose a la igualdad pero que, sin embargo, no terminan de alcanzarla.

Según las previsiones del Comité Olímpico Internacional (COI), competirán en la cita brasileña unas 4.700 mujeres (fueron 4.676 en Londres), que representarán alrededor de un 45 % del total de atletas que tomarán parte en el evento deportivo planetario por excelencia (44,2 % hace cuatro años).

El programa de Río 2016 incluye en su programa oficial un total de 28 deportes, todos ellos con pruebas masculinas y femeninas. Habrá 306 pruebas de medalla, 161 de ellas masculinas, 136 femeninas y nueve mixtas en modalidades como tenis, bádminton e hípica.

Si los Juegos de Atlanta’96 marcaron un hito al presentar por primera vez más de un tercio de participación femenina (34 % frente al 28,8 % de cuatro años antes en Barcelona’92), desde Sydney 2000 el crecimiento porcentual en este aspecto se ha limitado al 2 % en cada edición y parece que no llegará al 1 % en Río de Janeiro.

El COI impone como requisito a los nuevos deportes que deseen entrar en el programa olímpico que ofrezcan igualdad de pruebas para hombres y mujeres, pero entre las disciplinas clásicas hay varias que continúan desequilibrando la balanza. La lucha es el deporte olímpico menos paritario, con trece pruebas masculinas y cuatro femeninas, todas estas en la modalidad libre. La lucha grecorromana, por su parte solo incluye competiciones en modalidad masculina.

El boxeo, pese a haber incorporado en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 categorías femeninas, solo ofrece tres pesos para mujeres, frente a los diez que especifica para los hombres. En el mismo nivel de desigualdad figura el piragüismo. En aguas tranquilas hay ocho regatas masculinas y tres femeninas; en aguas bravas, tres y una. En total, se registra un once contra cuatro para los hombres.

El tiro (9-6), la vela (6-4) y el remo (8-6) y, en mínima medida, el atletismo (24-23) y la halterofilia (8-7) presentan ligeros desequilibrios por sexos en cuanto a número de pruebas. El único deporte que ofrece más medallas a las mujeres que a los hombres es la natación: son el mismo número de pruebas en natación pura, en aguas abiertas, en waterpolo y en saltos, pero las dos medallas de sincronizada, en dúos y por equipos, están reservadas exclusivamente a las mujeres.

Todas las delegaciones Los Juegos de Londres 2012 fueron los primeros en los que todos los equipos participantes, un total de 204, contaron con mujeres en sus delegaciones. Arabia Saudí, Catar y Brunei pusieron, de una vez por todas, fin al veto que habían impuesto hasta entonces a las atletas, un paso que sería definitivo. Desde 2012 el COI ha reconocido a dos nuevos países, Kosovo y Sudán del Sur, que también incluirán a mujeres en sus equipos. Las habrá, igualmente, en el grupo de deportistas refugiados que competirá en la cita brasileña bajo bandera olímpica.

Que dentro de la delegación estadounidense hubiese más mujeres que hombres y que en el equipo español ellas ganasen más medallas que ellos (once contra seis) fueron otros datos reveladores de la participación femenina en los Juegos de Londres.

Missy Franklin, Lauren Jackson, Simone Biles, Lydia Ko, Catherine Ibargüen, Tamika Catchings, Serena Williams, Carolina Marín, Yana Kudryavtseva, Federica Pellegrini, Allyson Felix o Katie Ledecky son únicamente algunas de las mujeres llamadas a protagonizar grandes gestas deportivas en Río de Janeiro. Sus éxitos serán un buen reclamo para que, en próximas ediciones, se pueda por fin alcanzar la igualdad total en cuanto a las cifras de participación.