Río de Janeiro - La asamblea del Comité Olímpico Internacional respaldó ayer de manera mayoritaria las decisiones tomadas por la Ejecutiva del organismo respecto a la participación de Rusia en los Juegos Olímpicos de Río, que se resumen en la admisión de los deportistas que hayan pasado un filtro de limpieza ante la federación correspondiente. Con un solo voto en contra, la 129ª Sesión del COI dio así el apoyo a la negativa a excluir al equipo ruso en su totalidad, pese a la petición en ese sentido de las agencias antidopaje de países como Estados Unidos y Canadá y de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), a la luz del informe encargado al abogado Richard McLaren.
El documento denuncia un dopaje de Estado en Rusia encaminado a favorecer el éxito de sus atletas y a eludir los controles antidopaje. Tras las discrepancias que el caso de Rusia abrió entre el COI y la AMA, que se declaró “decepcionada” por la postura del Comité de no vetar a Rusia, Thomas Bach abrió un “debate constructivo” en la primera jornada de la Sesión para conocer la opinión de los miembros de la asamblea. De la treintena de intervinientes que participaron durante toda la mañana, la mayoría apoyó la decisión de la Ejecutiva como “la única posible”, dada la premura de tiempo y la obligación legal de respetar el derecho a participar en los Juegos de quienes no han dado positivo.
Aunque hubo críticas a la AMA por no haber sabido ver antes el problema o por mostrarse partidaria del veto total a Rusia antes de conocer el informe McLaren en su detalle, fueron más las voces que llamaron a la unidad. “No somos organismos que compitamos entre nosotros. Debemos ser complementarios”, pidió el jeque kuwaití Ahmad Al-Sabah, presidente de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales. “La AMA es una organización que, como todas, puede cometer errores. Tiene que asumir la responsabilidad”, dijo.
Reformar la política antidopaje Thomas Bach se declaró “dispuesto” a convocar una sesión extraordinaria para estudiar la reforma de las políticas antidopaje. El presidente de la AMA, el británico Craig Reedie, que es también vicepresidente del COI, asistió en silencio al largo debate sobre las responsabilidades de cada parte en los fallos del sistema antidopaje y pospuso su intervención a la jornada del miércoles.
Las decisiones tomadas ahora, dijo Thomas Bach, son “solo un paso, pero habrá otras que irán más allá de Río”. El presidente señaló que entendía por las intervenciones de sus colegas que había “un llamamiento para reformar el sistema”, imponer sanciones por lo ocurrido en el pasado pero también “ver dónde han estado los errores”.
Previamente a la votación, Bach había defendido que el Movimiento Olímpico no puede admitir “daños colaterales” para deportistas inocentes que nunca han dado positivo por dopaje. “Una sanción total a Rusia consideraría a los atletas limpios que se vieran perjudicados como daños colaterales. Esto está fuera de toda proporción cuando se habla de deporte”, dijo Bach, que llegó a referirse a un conflicto nuclear en el que hay inocentes que sufren “muerte y devastación”. “El movimiento olímpico no está por ello. Está por la vida y la construcción de un futuro mejor a través del deporte”, añadió el presidente del COI.
El titular del Comité Olímpico Ruso, Alexander Zukhov, agradeció al COI que no hubiera dejado a su país fuera de los Juegos, pero denunció “la enorme presión que ejercen sobre el COI los gobiernos y dirigentes de ciertos países”, en un caso claro, a su juicio, de “interferencia de la política en el deporte”. Por su parte, el presidente del Comité Olímpico Estadounidense, Larry Probst, apuntó en cambio que aludir a cuestiones políticas era “no conocer el problema” del dopaje y dijo que no es un tema de Rusia, sino de todos.
Su compatriota Angela Ruggiero, nueva presidenta de la Comisión de Atletas del COI, pidió que se incluya a los deportistas en el proceso de revisión del sistema para que el resultado tenga “credibilidad”.