El tenis olímpico no otorga puntos para las clasificaciones de la ATP y la WTA, pero encajado en medio de la gira americana de pista dura, el torneo de los Juegos de Río contará desde el sábado con los mejores del mundo, sobre todo en la vertiente femenina donde solo faltarán cuatro de las Top 20. Entre los hombres, hay más ausencias de jugadores del mejor nivel, pero el hecho de que los grandes dominadores de cada uno de los circuitos, con la excepción del lesionado Roger Federer y la precavida Simona Halep, estén en la pista carioca significa que los tenistas profesionales otorgan un prestigio a la cita de Río por encima de lo material.
Los dos últimos campeones olímpicos y ganadores, además, del Grand Slam más reciente, Andy Murray y Serena Williams, competirán en Brasil desde el sábado. Pero también lo harán Novak Djokovic y Angelique Kerber, que son los jugadores con más victorias este año de todos los presentes en Río. Y estarán Rafa Nadal y Garbiñe Muguruza, una pareja absolutamente mediática en la que la delegación española y los observadores imparciales depositaban muchas esperanzas de medalla. Pero el estado de forma del balear y la caraqueña es una incógnita y, probablemente, es conveniente rebajar las expectativas.
Nadal no compite desde que tuvo que retirarse en Roland Garros por una lesión en la muñeca y su recuperación va muy justa y ofrece signos distintos cada día que pasa. El campeón olímpico de 2008 quería estar en Río, donde va a ser el abanderado, después de perderse por lesión la cita de Londres hace cuatro años y quizás por ello se está especulando con la posibilidad de que solo participe en los dobles. Afrontar el triple desafío quizás se antoja algo prematuro para una lesión tan delicada para un tenista.
En el caso de Muguruza, solo ha jugado tres partidos desde que ganó el Grand Slam parisino y ninguno desde que fue eliminada en la segunda ronda de Wimbledon hace más de un mes. Como consecuencia, ha perdido el número 3 del mundo que ahora ocupará Halep, pero eso en los Juegos no importa. En Río debe afrontar individuales, dobles con Carla Suárez y mixtos con Nadal, por eso la retirada imprevista en Montreal ha supuesto un contratiempo para medir el nivel de juego de la vasco-venezolana, que también colocó su primera cita olímpica entre sus prioridades del año ya que son los primeros Juegos que se disputan en Sudamérica, su continente de nacimiento y el apoyo de la grada lo tiene garantizado. “Me lo tomo como un quinto Grand Slam. Me muero de ganas por jugar en Río”, ha comentado Muguruza.
el test de canadá En una cita que se produce cada cuatro años, la motivación es decisiva tanto como la suerte que depare el cuadro de emparejamientos, pero ni Nadal ni Muguruza llegan en la mejor condición. Si los torneos de Canadá servían como test para muchos, Djokovic puede lograr esa medalla de oro que daría aún más brillo a su palmarés. Kei Nishikori, finalista en Toronto, y Stan Wawrinka y Gael Monfils, semifinalistas, llegan en buena forma, lo mismo que Madison Keys o la estajanovista Angelique Kerber, que ha jugado siete semifinales en este año. Serena Williams no jugó en Canadá para cuidar el hombro, pero será aspirante a sumar su quinto oro olímpico, lo mismo que puede lograr su hermana Venus. Ambas tiene un oro individual y tres como pareja.