Vitoria - La cima de Moisés Viteri como jugador sucedió en las filas del Vasconia, donde debutó en la temporada 1969/1970. El club alavés había ascendido ese año a la Segunda División tras un solo año en la Tercera División. Sin embargo, el ascenso meteórico de los vitorianos no conseguía atraer la atención de los ciudadanos. Unas 50 personas solían acudir en días de partido al Polideportivo Municipal de Mendizorroza, la mayoría de ellos amigos y familiares de los jugadores. Necesitados de un apoyo local extra, el ya extinto y vespertino diario Pensamiento Alavés fue proporcionándoles cobertura mediática hasta que consiguieron llenar el polideportivo con 3.550 personas por primera vez en la temporada 1970/1971 ante el Breogán de Lugo. El equipo alavés tuvo que esperar un año más para conseguir el ascenso a la Liga Española de Baloncesto, la actual ACB. Por entonces, Viteri había colgado las botas y ocupaba el puesto de delegado. “La madre del actual Baskonia fue este equipo”, señala con orgullo el técnico vitoriano.
Tras la experiencia obtenida en la élite, decidió dedicarse junto con Juan Pinedo a la formación de un prometedor grupo de jóvenes que ya despuntaban en San Viator. A su juicio, ése ha sido “el mejor equipo de la historia de este colegio”. Con Pinedo y Viteri a los mandos, la generación formada por los Iñaki Garaialde, Mikel Gabilondo y compañía consiguió el Campeonato de España de categoría Infantil con 15 años. Como anécdota, el propio Moix recuerda que su rival en la final, el colegio La Salle Bonanova de Barcelona, llegó a la cancha cinco minutos antes del salto inicial sin ni siquiera dignarse a calentar. “Ese partido lo ganamos de 50 puntos”, rememora entre risas. La progresión de aquella joven escuadra siguió creciendo y así repitieron título nacional en categoría Juvenil y con una media de solo 17 años se plantaron en la Segunda División Nacional, lo que hoy en día sería LEB Plata. Una hornada irrepetible en la que cinco de sus integrantes llegarían a jugar en la máxima categoría española. Unos resultados que seguramente no habrían sucedido de no haber sido liderados por estos dos inquebrantables. - A. Mateos