Pamplona - Unai Laso (Bizkarreta-Gerendiain, 1997) deslumbró en el frontón Bizkaia de Bilbao. El delantero, que vive en Iruñea y se ha criado en la pequeña localidad del Pirineo navarro, llamó a la puerta de un contrato con Asegarce en la cancha de Miribilla. Casualmente, cuando se asoma por la ventana de la casa de sus abuelos paternos, que son de San Adrián, puede ver la mole negra del emplazamiento pelotazale. Es de ascendencia bilbaína por parte de su padre. Allí, dentro, en sus entrañas, Mikel Urrutikoetxea acudió como campeón para preparar el Manomanista. Laso se exprimió. Mikel tampoco experimentaba, él mismo lo reconocía, había recurrido al navarro para ensayar en el Cuatro y Medio y le fue bien, ganó la txapela. Para el mano a mano, el campeón de Zaratamo optó por él y Unai no le defraudó. Tampoco a Rubén Beloki, técnico de Asegarce, que ya le tenía controlada la progresión que llevaba en aficionados. Le dijo que las cosas podían salir después de verle en acción contra el pelotari más destacado de la empresa. Que podía llegar el debut. Unai, aquel día lo dio todo, y el exprofesional de Burlata dice de él que es un “delantero físicamente muy formado, que puede asemejarse a Irribarria por cómo se desempeña en el mano a mano, ya que es otro manomanista nato. Quizás le cueste algo más jugar a parejas, pero mejora”.

Cuenta el errotarra que le avisaron de que iba a saltar al ruedo profesional “hace un mes”. “Hice un entrenamiento con Urruti bastante bueno. Me dijo Rubén que me veía bien. Él habló con Rafa y me comentaron por teléfono que iba para adelante”, admite Laso. Hace cuatro semanas de aquella historia. “Estamos todos muy contentos de que llegue este momento. Mucha gente me ha preguntado ya para ir a ver el partido y dónde pueden adquirir su entrada. Espero que se llene. Además, Pablo Berasaluze llevará a gente, porque al público del Labrit le gusta”, certifica el delantero navarro. Así las cosas, Laso revela que “por ahora” está tranquilo. “No me creo todavía esto, bueno, no es que no termine de creérmelo, es que no me imagino cómo será el día del debut. Creo que me costará dormir”, analiza y apostilla que “soy bastante tranquilo antes de los partidos, pero cuando empiezo a calentar se me notan más los nervios”. Jugando, Unai es un huracán. “Cuando salgo, le doy a la pelota y ya está. En el frontón lo doy todo”, sentencia Unai. “Cuando fui a entrenar con Mikel, fui con todo”, define.

Unai Laso debuta en el Labrit a las puertas del verano, una buena época para quitarse las esquirlas de los nervios de los debuts en el profesionalismo. Se avecina un gran número de festivales, encuentros y tiempo para ir creciendo poco a poco. La canícula viene de perlas a los novatos, que pueden meterse en la rueda de la rutina con mayor facilidad. “Hay muchos partidos en verano y juegas mucho. Además, a la vuelta de la esquina tenemos San Fermín, que es especial para mí, que vivo en Iruñea”, argumenta Laso, quien apostilla que esas fechas en el Labrit, con un ambiente asfixiante, “es muy especial”. Pasará de público a protagonista. “No pasa nada, ahora es el momento de dar el callo”, dice.

La cátedra del Labrit se encontrará mañana con un delantero atrevido y explosivo. Él mismo asegura que “no me da miedo ponerme al remate ante nadie. Ahora, que he aprendido a entrar mejor de aire, puedo entrar con más peligro. Voy mejorando el gancho”. Con 19 años, Laso ha vivido varias etapas en sus referencias: “De pequeño, mi ídolo era Barriola. Después, Irujo ha sido el pelotari en el que más me he fijado. Además, yo en la cancha soy también explosivo y nervioso. Algo parecido a él”.

“berri txarrak son brutales” El delantero de Bizkarreta-Gerendiain se encuentra actualmente estudiando un grado medio de hostelería en Iruñea. “Es un módulo para trabajar en restaurantes. Nos enseñan protocolo y esas cosas”, explica Laso, quien añade que “este año he estudiado por la mañana. Los martes me escapaba unas horitas para entrenar con Asegarce. El año que viene será más difícil, porque habrá más ensayos por las mañanas”.

Respecto a los deportes, la pelota es su única fiebre. “La verdad es que solamente soy aficionado a la pelota. El resto de deportes no me van”, sostiene. Su otro hobby: la música. “Me gusta mucho Berri Txarrak. Me gustan todos los estilos de música pero he estado en muchos conciertos y son brutales. Muy buenos”, remacha.