La trayectoria vital de Elseid Hysaj (2-II-1994, Shkodër) no difiere demasiado de la de muchos compañeros de la selección de Albania, hijos de familias que a finales de la década de los 80 y, sobre todo, principios de los 90 tuvieron que emigrar de su país por la crisis bélica de los Balcanes y la inestabilidad social y económica de un territorio que dejaba atrás la época comunista para adaptarse a una nueva realidad. Muchos de los pupilos de Gianni De Biasi nacieron ya en el exilio (Amir Abrashi y Talant Xhaka en Suiza, Mergim Mavraj en Alemania...) o abandonaron su país a temprana edad siguiendo la senda abierta por sus progenitores. Hysaj, uno de los puntales de Albania, fue de estos últimos, con la casualidad teniendo muchísimo que ver en su llegada a Italia en 2008.
Catorce años antes, en 1994, Gzim, su padre, fue uno de los muchos miles de albaneses que cruzaron el Adriático ya fuera en enormes embarcaciones o en frágiles pateras en busca de una vida mejor en Italia. Dejó atrás a su mujer y al recién nacido Elseid, pagó a uno de los numerosos contrabandistas que ofrecían viajes de miseria a precio de oro y llegó a suelo transalpino, donde durante años aceptó cualquier tipo de trabajo que le ofrecían para poder enviar dinero a casa, a Shkodër, donde su hijo crecía enamorado del balón. Probó todo tipo de profesiones, pero en la que mejor encajaba un inmigrante como él era en la construcción. Y en uno de estos trabajos como albañil cambió su vida. Y la del ahora lateral derecho de la selección de Albania.
Quiso la fortuna que uno de las ofertas de trabajo que le salió a Gzim fuera en la casa de Marco Piccioli, agente FIFA de profesión. Ambos encontraron en el fútbol una fuente de conversación y un buen día el obrero decidió hablarle de su hijo. “Tiene diez años, juega en las categorías inferiores del KF Shkodra y me dicen desde Albania que promete mucho”, le dijo. “Todavía es un niño. Ya veremos qué podemos hacer dentro de cuatro años”, le respondió el agente. Los Hysaj tuvieron suerte porque Piccioli resultó ser un tipo de palabra, por lo que en febrero de 2008 Elseid pudo llegar a Italia en condiciones muy distintas a las de su padre y con una gran oportunidad ante él. Le esperaba una prueba en la Fiorentina.
Problemas burocráticos Los técnicos de las categorías inferiores Viola quedaron prendados con las posibilidades de aquel chaval que se movía como pez en el agua por cualquiera de los dos laterales, pero una serie de problemas burocráticos impidieron su fichaje. Sin embargo, el Empoli anduvo rápido y lo incorporó a su academia. Hysaj fue progresando y debutó con el primer equipo el 24 de noviembre de 2011 en un partido de Copa, precisamente ante la Fiorentina. Un curso después se convirtió ya en titular indiscutible con los Azzurri, en 2013 debutó con la selección absoluta de Albania y en junio de 2014 celebró uno de sus primeros logros deportivos: ser pieza fundamental en el ascenso del Empoli a la Serie A.
Su rendimiento no se resintió en absoluto con el salto de categoría y en verano del año pasado fue fichado por el Nápoles por un montante económico de cinco millones de euros, lo que le convirtió en el segundo jugador albanés más caro de la historia (en 2011 la Lazio fichó a Lorik Cana procedente del Galatasaray a cambio de 6,75 millones). En su primer curso en el club napolitano su rendimiento ha sido notable y con 22 años logró asentarse como titular, siendo incluso elegido en el mejor equipo de jóvenes de la Serie A junto a los Pogba, Dybala o Icardi.
Hace años, la Federación Italiana contactó con su entorno para plantearle la posibilidad de convocarle para sus categorías inferiores, pero él siempre tuvo claro que quería jugar con Albania. En la Eurocopa cumple un sueño que hace poco parecía imposible para todo un país.