bilbao - A falta de tres días para que se inicie la Eurocopa el presidente francés François Hollande admitió sin tapujos en una entrevista con la radio pública France Inter que sigue habiendo una “amenaza” del terrorismo yihadista sobre el país galo. Una amenaza que persistirá cuando termine el evento futbolístico. Hollande expuso la cruda realidad, hasta el punto quitar las ganas de asistir a la competición a poco aprensivo que se sea.

El temor a un atentado se ha convertido en un tenebroso fantasma que recorre Francia. Nada ha variado como para pensar que quienes provocaron las matanzas de París el pasado 13 de noviembre lo vuelvan a intentar, máxime teniendo en cuenta el eco que ofrece el tercer acontecimiento deportivo que más seguidores moviliza, tras los Juegos Olímpicos de verano y el Mundial de Fútbol.

Ayer transcendió la detención el pasado 21 de mayo de un ciudadano francés en Ucrania, cuando intentaba pasar la frontera con Polonia con un arsenal de muerte: dos lanzagranadas, 125 kilos de explosivos y cinco fusiles kalashnikov, entre otro material bélico. Según las autoridades de Kiev, Grégori Moutaux, de 25 años, tenía la intención de atentar contra la Eurocopa. “Los objetivos eran, por extraño que parezca, una mezquita, una sinagoga, una institución de recaudación de impuestos, instalaciones de control sobre las autopistas y muchos otros lugares”, desveló ayer Vasili Grischak, jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania.

Sin embargo, las autoridades francesas desvinculan esta detención de la amenaza terrorista, y la investigación que se sigue está vinculada al tráfico de armas, razón por la cual las pesquisas no se realizan en París y corren a cargo de la Policía Judicial de Nancy, la región en donde está domiciliado el sospechoso, que trabaja en la inseminación de vacas en una cooperativa de Alsacia. En el registro de su domicilio se encontraron componentes de explosivos y una camiseta de un grupo de extrema derecha.

kamikazes en saint-Denis Hollande se encontraba en el estadio de Saint-Denis contemplando en directo un partido amistoso que enfrentaba a Francia y Alemania cuando se escuchó una detonación, que apenas causó síntomas de alarma en las 80.000 personas congregadas en el interior del estadio en la convicción de que se trataba de petardos.

Hollande fue avisado entonces de la catástrofe. El estampido lo provocaron dos kamikazes que se inmolaron en las inmediaciones, porque no pudieron hacerlo en el graderío, lo que habría provocado una auténtica masacre. Esa noche una cadena de atentados dejó en París un enorme rastro de sangre, con 130 muertos y 352 heridos. Once meses antes, tres encapuchados asaltaron la sede de la revista Charlie Hebdo, causando 12 muertos en otro atentado perfectamente planificado.

Para evitar el pánico, el partido transcurrió hasta su final y, después, mientras al presidente de la República era evacuado en helicóptero, al público se le concentró en el terreno de juego y no se les dejó salir del estadio hasta que no se dieron las condiciones necesarias de seguridad.

Si entonces los kamikazes no pudieron reventarse entre la hinchada fue porque no pudieron acceder al interior de Saint Denis, durante la Eurocopa los estadios serán probablemente uno de los lugares más seguros de toda Francia.

la prevención En el entorno del Estadio de Francia se han dispuesto ocho puntos de prefiltrado y seis de entrada con entre 950 y 1.100 agentes de las fuerzas del orden, 1.267 agentes privados y 375 voluntarios, anunció ayer el prefecto de París Michel Cadot.

En el Parque de los Príncipes, el otro estadio de la ciudad que acogerá partidos de la Eurocopa, habrá 25 puntos de prefiltrado y cinco de entrada en el perímetro, con una vigilancia que contará entre 700 y 850 policías y gendarmes, 878 agentes privados y 216 voluntarios.

En cuanto al área para aficionados que se montará en el Campo de Marte, donde se esperan a entre 50.000 y 90.000 personas en las noches de partido, el prefiltrado se hará en 16 puntos y la entrada por otros seis. A su cargo estarán de 750 a 1.100 policías, de 332 a 479 agentes privados y 200 voluntarios.

El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, indicó el pasado 25 de mayo que más de 60.000 policías y gendarmes iban a estar movilizados en toda Francia para la Eurocopa.

Por si fuera poco el reto, el Tour recorre Francia desde 2 al 24 de julio, coincide durante nueve días con el torneo futbolístico, movilizará a 26.000 efectivos de seguridad y por primera vez se incluirán unidades antiterroristas.

Bernard Cazeneuve sin embargo advirtió sobre lo evidente: “El cien por cien de precauciones no garantiza el riesgo cero. Hacemos todo lo posible para evitar un ataque terrorista y nos preparamos para responder. El objetivo del Gobierno francés es que la Eurocopa sea una manifestación festiva, pero hay una amenaza terrorista sin precedentes en Europa, y por tanto en Francia”.

Poner una bomba en un estadio de la Eurocopa será difícil. Pero no en un bar de la esquina de parisina rue x repleto de aficionados pendientes del televisor. El efecto propagandístico del golpe terrorista sería similar.

Los servicios de inteligencia y expertos de análisis de riesgos estarán movilizados “las 24 horas del día durante la Eurocopa”, aseguró el ministro y habrá una serie de selecciones sobre las que reforzará la seguridad por tratarse de países que combaten activamente al terrorismo yihadista, como Rusia, Turquía, Francia o el Reino Unido.

los hooligan El temor a un nuevo atentado terrorista ha dejado en un segundo plano el asunto que habitualmente preocupa y ocupa a los responsables de la seguridad cuando de fútbol se trata: el fenómeno hooligan y, en menor medida, el riesgo de las avalanchas humanas, elementos que las autoridades francesas también se han tenido en cuenta a la hora de diseñar la estrategia de seguridad.

Cuando el ministro Bernard Cazeneuve anunció las medidas preventivas de cara a la Eurocopa pocos días antes, el 21 de mayo, el PSG y el Marsella disputaron en Saint-Denis una convulsa final de la Copa de Franciad, ya que hubo varios conatos de incendios en las tribunas, donde fumígenos, cascos de motos, botellas de cristal y tubos fueron introducidos, a pesar del amplio aparato de seguridad dispuesto, con más de 1.500 agentes, que sin embargo no pudieron detectar lo evidente. Se trataba de un ensayo general ante la Eurocopa y hubo claros fallos de seguridad, en particular en las aglomeraciones registradas en los puntos de control, donde los cacheos fueron poco rigurosos.