sondika - Nadie quiso mojarse ayer en la tradicional cita de los campeones históricos del Manomanista en el restaurante Maipú de Sondika. Los más veteranos y los más jóvenes, incluido ayer Mikel Urrutikoetxea, finalista, no ven el duelo entre el de Zaratamo e Iker Irribarria desnivelado. En la tónica general, el puntillero vizcaíno cuenta con la “garantía de juego”, pero el guipuzcoano es “un gran pegador”.

Abel Barriola, uno de los últimos zagueros que triunfaron (2002) en una especialidad acotada prácticamente a los delanteros, define que “va a ser una final interesante, porque va a ser nueva. Eso va a ser un aliciente. Eso sí, yo no hablaría de un cambio generacional, pero sí que el año que viene habrá más aspirantes que nunca a la txapela. Los veteranos van a seguir ahí. Irujo ha tenido mala suerte, a Aimar le sacó a pelotazos un chico de 19 años y Oinatz Bengoetxea es joven aún. Ellos van a estar los próximos dos años seguro”. Declara el manista de Leitza, que cumplió la semana pasada 38 años, que “nunca se sabe si la juventud le pasará factura a Irribarria. Quizá sale con más adrenalina y hace todo perfecto. Muchas veces, cuando eres mayor, le das más vueltas. Durante las semifinales, no le pesó la responsabilidad; así que todo hace indicar que el día de la final no le pesará la presión”. Relata, además, que el inicio “será clave”.

Patxi Ruiz fue el último guardaespaldas en ganar, en 2003, ante Aimar Olaizola. El zaguero de Lizarra, elegante y perfecto en sus golpeos, considera que “la gente está hablando en la calle de que esto no es pelota. Se han pasado con el material. ¿Beloki, Eugi o yo no le dábamos a la pelota como para mandarla al siete? Ahora la mandan al nueve”. Bajo la opinión del guardaespaldas navarro, con pelota más baja “se verían partidos muy bonitos, porque ahora se desborda al tercer pelotazo”. “Ha cambiado mucho. Este tipo de pelota me parece excesiva, pero hay que tener habilidad para jugar con ellas”, dice. Ruiz se jugó el título con 23 años y desbroza que “Irribarria se pondrá nervioso”. “Si hay pelota de jugar, Urrutikoetxea le puede ahogar”, concluye el exprofesional.

Fernando Arretxe fue un todoterreno, jugó de zaguero y de delantero, un pelotari muy especial, que explica que “veo la final del Manomanista muy abierta. A Mikel le va el frontón y es muy difícil de ganar. Iker sorprendió el primer día y ha rayado a gran nivel”. De hecho Fernando actuaba como botillero de su hijo Iker cuando el expreso de Arama le sobrepasó (14-22) en Eibar. “Ahí, me preguntaron y dije que en dos o tres años iba a ser campeón. Se le ve que tiene un golpe de Primera, busca el sotamano y hace daño, tiene buen encuentro con la pelota y te tiene en el siete defendiendo. Así, es difícil de contrarrestar”, confirma Arretxe, quien añade que “Mikel tiene mucho de todo, es muy completo. Lo veo igualado”.

Miguel Gallastegi, el pelotari legendario de Eibar, campeón en 1948, 1950 y 1951, manifiesta que “tiene pinta de un partido duro, si los dos dan lo que saben, saldrá un partido complicado”. “Vi a Irribarria en Eibar y pensé que iba a ser un gran pelotari. Bajo mi opinión, le queda mucho. Lo mejor que tiene es que tiene más fuerza que ninguno”, sentencia Don Miguel, quien agrega que “Mikel es un gran pelotari. Ojalá salga un gran partido y disfrutemos todos”.

El único vizcaíno, además de Urrutikoetxea, presente en la cita fue Jesús García Ariño, quien recita que “viene una final buena”. “Mikel es garantía de jugar. No tiene ningún agujero. El tema está en que a Irribarria nadie le ha puesto todavía en apuros. A ver cómo responde”, finaliza el de Axpe.