MADRID - El portugués Cristiano Ronaldo trabajó ayer al mismo ritmo que el resto de sus compañeros en el entrenamiento del Real Madrid en la ciudad deportiva de Valdebebas, a tres días de la final de la Liga de Campeones, midiendo esfuerzos pero sin mostrarse mermado por el fuerte golpe que le impidió terminar la sesión del martes y que no le impedirá jugar en Milán. Zidane recibió noticias tranquilizadoras al comprobar el buen estado de Cristiano Ronaldo. El golpe que sufrió el martes tras un empujón de Dani Carvajal que provocó un fuerte choque con Kiko Casilla, ya estaba olvidado y pudo ejercitarse con normalidad. - Efe