Bilbao- Fernando Vidarte es el Administrador único de Aspe y no suele prodigarse por los medios de comunicación. El mandatario de la empresa manista eibarresa es consciente de que la pelota a mano está viviendo una nueva etapa tras la crisis económica, que afectó a la línea de flotación de la empresa, en la que tuvo que reducir sueldos en 2012 en todos sus trabajadores entre un 5% y un 15% según su ficha.

¿Cuál es el estado económico actual de Aspe?

-Andamos apretándonos el cinturón. El corretaje de las apuestas, que era una fuente de ingresos importante, ha bajado un montón. Si antes ingresábamos diez, ahora es uno.

¿Exploran nuevos métodos para la explotación del negocio?

-Vienen chavales nuevos, y eso es lo que trae gente al frontón. Además, siempre tiene que haber competición, porque los partidos de festival no llevan a nadie a las canchas. Menos mal que hemos montado un sistema de competición para todo el año, porque, en caso contrario, este negocio no es viable. Sería inviable totalmente con publicidad y televisión incluida.

O competición o nada.

-Eso es. Llevamos ya años con este modelo. La Liga de Empresas nació en 2002 y las operadoras nos hemos ido poniendo de acuerdo en los diferentes torneos de verano y en las competiciones oficiales para copar todo el curso. Hemos llegado a tener un calendario con apenas fines de semana sin competición. Si no, no hay nada que hacer. Fíjese, el corretaje se ha reducido en un noventa por ciento. Nos vamos manteniendo quitando cuadro o recortando gasto. Es duro. A final de mes, entre pelotaris y trabajadores, tenemos a cuarenta personas a los que hay que pagar seguridad social, fichas...

¿Hubo momentos en los que llegó a pensar que no era rentable el negocio y que merecía más la pena bajar la persiana?

-Adelante hubiéramos seguido seguro. Llegamos a pensar en hacer algún ERE. Pero hubiéramos seguido siempre para adelante. Pasamos esos momentos de apuros y ahora estamos en una situación como de despegue, debido a esta revolución de pelotaris nuevos. La gente viene más al frontón. Tal y como hablamos en la reunión con los medios en Zarautz, también necesitamos un poco de ayuda. No somos perfectos y nos gustaría mejorar, pero necesitamos apoyo.

En general, han tendido a cambiar el estilo de plantilla.

-Antes sí que había más variedad. La empresa se adapta. Como a la gente le gusta la novedad, y el que diga lo contrario miente, coges a un pelotari y el que vale va para arriba, se le renueva y se le mejora. Hay otros que sí que valen para profesionales, pero para terceras. Hay muchos que se quedan ahí. Hay veces, que si no gusta a la gente, no se le renueva y se traen a nuevos. Por tanto, hay más jóvenes.

¿No considera positivo que los más jóvenes tengan que curtirse con pelotaris veteranos, que están de vuelta, o contra manistas duros, que les hacían competir de otro modo?

-Pero la situación era muy distinta. Antes, aguantaban mucho más, porque había más dinero y más partidos. También se perdía dinero en algunos festivales. Y luego llegó la crisis.