VITORIA - Joe Arlauckas, exjugador de baloncesto, dejó una huella imborrable en Vitoria. Su garra, su compromiso, su capacidad anotadora y su asociación instintiva con Pablo Laso hicieron las delicias de la afición. Es un hombre tan sonriente como directo y constructivo al mostrar su opinión por todo aquello que se le cuestiona. Ayer estuvo en Palacio de Congresos Europa de Vitoria participando en el Congreso sobre Edad y Bienestar organizado por la Cadena SER.
No vino a hablar de sus éxitos deportivos, fama o glamur. Disertó sobre cómo sobrevivir a la práctica del deporte de élite. Asignatura pendiente para muchos. “Mientras juegas no eres consciente de la vida que hay después. Es un problema muy grande. Te tienes que hacer tu propia pensión. A mí me han ayudado. El primer año fue increíble. Luego me vino el mono de jugar y llegas a estar harto de estar con veinticuatro horas con ella. Me fui a jugar a Grecia cuatro meses. Es una montaña rusa de emociones. Te entran dudas sobre si te has retirado pronto”, expuso sincero el ala-pívot de Rochester.
Arlauckas reconoció que supo orientar su rumbo al “tener la suerte de tener gente buena” a su alrededor. “Siempre han sabido aconsejarme”, aseguró el exjugador, que sobre el momento de dejar el basket profesional recordó que una de las primeras cosas que hizo, de puro sentido común, fue cerrar el grifo del gasto porque los ingresos ya no eran los mismos. Una decisión en la que seguramente influyó, además del entorno, su origen humilde para evitar como ha ocurrido en otros casos estrepitosas ruinas. Su padre contaba con varios trabajos, era repartidor de leche y tenía un negocio de hostelería mientras su madre limpiaba en el High School en el que el joven Arlauckas estudiaba.
Joe Arlauckas es actualmente embajador de la Euroliga y entrena a jóvenes en el Colegio americano de Madrid. Tras afirmar que es fan de todos los equipos en los que ha jugado confesaba entre risas a los asistentes que cuando se levanta por la mañana las lesiones de su carrera pasan factura. “Me duele todo y me levanto lento”, afirmó divertido. “Me gusta hacer pesas, ir a correr, cuidar mi alimentación... Cuando era joven en Estados Unidos sólo entrenaba baloncesto, apenas hacía físico. Cuando llegas a Europa me pusieron a correr. Yo pensaba estos están locos”, rememoró de sus llegada al Viejo Continente. “Ahora”, reconoció, “hago cosas que hace veinte años no hacía”.
Durante la charla, el exbaskonista recordó su llegada a Caserta, en Italia. “Cuando me vieron en Roma casi me devuelven a Estados Unidos porque no medía 2,12” y repasó su relación con Herb Brown en Vitoria: “lo pasamos mal, pero aprendí”. Sobre su pasado azulgrana rememoró sin revanchismos su salida de Vitoria. “Tengo muy buena relación con Josean Querejeta y se ha portado bien conmigo. Me ha hecho buenos contratos y me ha pagado”, zanjó.
Con pasado en la NBA, Joe Arlauckas narró con gracia el día que con la camiseta de los Sacramento Kings le tocó defender sin suerte a Magic Johnson. “Y eso que le di fuerte”, recordó. Hubo tiempo también para hablar; con admiración de tres grandes amigos como Pablo Laso, Carlos Dicenta e Isma Santos y también tuvo mensajes para la reflexión sobre la situación del baloncesto: “no puedes decir que tienes la mejor liga del mundo cuando hay equipos que no pagan a sus jugadores”.
“Con lo que sabías al retirarte, ¿nunca te planteaste ser agente?”, le preguntó un asistente a la ponencia. “Nunca”, respondió inmediatamente. “¿Duermen por la noche? No lo sé. Es un negocio sucio. Con esto no quiero generalizar. Prefiero ser pobre y tener bien mi conciencia”, concluyó.