vitoria - Tiene 37 años y desde hace seis pilota una Kawasaki zx6r -Ninja en el argot- de 600 centímetros cúbicos y 165 kilos de peso. Hoy domingo en Jerez se estrenará en una carrera oficial, la primera de las cinco pruebas del Campeonato de España de velocidad, en categoría Open. Luego llegarán las dobles citas de Alcarrás el próximo mes de junio y de Los Arcos en octubre. Para ello se ha estado preparando durante los últimos meses en dichos escenarios, además de en Cheste, Albacete o Kotarr. Con un presupuesto más que modesto -14.900 euros-, y acompañada de su equipo de seis personas, Rakel Collado afronta el reto más importante de su carrera deportiva. Ya en la ciudad gaditana desde el jueves a la noche, cuenta las horas para su debut.
¿Cuántos años lleva encima de una moto?
-Empecé hace seis, pero por carretera. Hace cinco años entré en un circuito para probar y posteriormente hice un curso con el fin de conocer bien la moto y a mí misma.
¿Por qué le dio por el motociclismo?
-Desde pequeña me han gustado las motos. Veraneaba en Extremadura y mi primo tenía una Suzuki de 750 y con ocho años me encantó. En cuanto pude me saqué con 19 años el carnet de conducir. Luego esperé a los 22 para obtener el de moto y utilizar la que tenía mi hermano. No he tenido la oportunidad de pilotar antes coomo otras rivales desde los cuatro años, pero ahí estamos.
¿Dónde se suele entrenar?
-Suelo ir a Los Arcos (Navarra) si el tiempo lo permite. Alguna vez a Alcarrás también. Si no, con una pit bike voy al Gorbeia o en alguna carretera secundaria.
Al no vivir de ello, ¿cómo compagina todo esto con su trabajo?
-Los entrenamientos físicos lo hago todos los días en un gimnasio. Allí estoy mínimo dos o tres horas y con la moto este año ha sido complicado, pero cuando libro por las tardes entreno con la pequeña y con la grande hago rodadas organizadas con Mieres, que es un organizador de tandas, de Asturias, que trabaja en Los Arcos y Alcarrás y ahora ha empezado en Albacete. Le comentamos a ver si podía echarnos una mano al ser mi primer año y desde el primer instante se brindó a ayudarme. Me faltan conocimientos y con él estoy viendo que he mejorado bastante cosas.
Y a veces echará en falta hasta tiempo también...
-Totalmente. Trabajando los fines de semana como es mi caso y a turnos tengo a mi jefa un poco mareada. El fin de semana pasado fui a trabajar a última hora al suspender el entrenamiento previsto por la lluvia. Ando a vueltas con el personal.
¿Qué velocidad máxima suele coger?
-Si te soy sincera no me fijo en el velocímetro, porque no me da tiempo (risas). Alguna vez que lo he hecho marcaba 265 kilómetros y no he mirado más porque tenía que frenar, aunque supongo que algo más podría pillar.
¿Se pasa miedo?
-Se supone que esa palabra no existe, pero llegado un punto que las condiciones del asfalto no son las adecuadas si que piensas en que en alguna curva te puedes ir al suelo. Respeto sí, pero miedo, no. No he llegado a tener ningún susto de momento y toco madera.
Conduciendo una moto de 600 centímetros cúbicos, ¿qué importa más?
-Un poco de todo: fuerza, agilidad, concentración. En mi caso diría que la fuerza porque tengo que estar fuerte para controlar la moto, que pesa 165 kilos.
Y tanto. ¡Vaya peso tiene que controlar!
-Sí, sí. La gente me pregunta si para presentarme al Campeonato de España de velocidad tengo que entrenar y estar en forma y yo les digo que sí, porque usas todas las partes de tu cuerpo; las piernas, los brazos, los abdominales y todo lo que tienes en el cuerpo lo usas.
¿Qué objetivo se ha marcado para esta primera participación?
-Mi objetivo es ganar el título en mi categoría, pero si no quedar en la mejor posición posible. Soy novata. En mi categoría de momento estamos dos, pero me gustaría llegar a la meta entera.
Entiendo que le gustaría superar a alguna contrincante de la otra categoría.
-Claro, claro. Sería un buen espaldarazo, aunque otra cosa es que lo consiga.
¿Ha estado alguna vez en el circuito andaluz de Jerez?
-No, nunca. Sólo lo conozco de la televisión, vídeos o la play station.
¿Se amolda a sus características?
-Es un circuito rápido, por lo que no creo que se me dé mal. Me gustan más los recorridos rápidos que los ratoneros.
¿Conoce a alguna de sus catorce rivales?
-Yo no he tenido la oportunidad de conocer a las otras pilotos como ellas entre sí, porque en 2014 y 2015 Inés Fonseca, que es la directora de la comisión femenina de la Federación Española de Motociclismo, organizó un campus femenino en el que te daba opción a aprender a rodar en el circuito, cómo alimentarte o la parte mecánica. Pero yo el primer año no fui a Navarra porque me enteré tarde y el pasado en Jerez no pude al estar lesionada. Ellas se juntaron y ahí se conocieron bastante. Son tres días que pasaron juntas e hicieron una buena relación. Yo sólo he coincidido una vez con ellas, en la presentación que se hizo del campeonato. Estuve unas pocas horas con el resto de contrincantes. A nivel de competición sé que unas cuantas son profesionales y que llevan desde los ocho años andando en moto; otras no llevan tanto, pero algo más que yo sí. Hay de todo un poco.
Es el segundo año que se disputa el nacional. Parece que el estreno gustó, ¿no?
-Es otra categoría más. No quiere decir que sea mejor ni peor. Parece que tuvo bastante aceptación y por eso han aumentado de una carrera que se hizo en Navarra a este año cinco pruebas en diferentes circuitos. Igual el año que viene si sigue creciendo hay más carreras. Parece que la televisión puede entrar de alguna manera, lo cual sería importante porque visibilizaría a los patrocinadores y todo ayuda para que el motociclismo femenino vaya cogiendo auge poco a poco.
¿Se siente novata?
-Para nada. Esto es distinto a los chicos. Nosotras nos llevamos bien. Luego no sé si cambiarán las cosas y es que entre mujeres hay rivalidad. Pero la verdad es que ahora hay bastante compañerismo.
¿Dónde compró la moto?
-La que tengo ahora se la compré a un amigo porque él quería cambiar a una de 1.000 y sabía que la tenía muy bien cuidada.
Todo esto está muy bien, pero necesita gente que le eche una mano.
-Sobre todo amigos que de forma desinteresada ponen de su tiempo, que es muy valioso para mí. Tengo grandes conocidos y mi pareja que me apoya muchísimo para que esto salga adelante. Al principio lo veía como algo puntual, pero ahora me doy cuenta que va cogiendo forma y la cosa se pone seria. Cuando esté allí me pondré de los nervios, aunque por ahora estoy tranquila.
¿Cuál de los otros dos circuitos le va mejor incluso que Jerez?
-Yo creo que Alcarrás. En Navarra tengo todavía que darle caña, porque tiene unas curvitas...Alcarrás me gusta mucho, es muy técnico y si le coges el punto puedes ir muy rápido. Los Arcos me parece complicado a la vez que divertido, pero de repente hay que frenar mucho. Hay que entrenarlo mucho.
¿Cuánta gente forma el equipo?
-Siete personas. Cada uno aporta en su faceta lo que mejor sabe hacer y es muy importante. Desde el mecánico Antonio hasta Eva pasando por Mikel, Rául, Javi o José Manuel.
¿Qué presupuesto manejan?
-Es muy conservador. Contando con la moto incluso, unos 15.000 euros. Pero se necesita más. Sólo en entrenamientos se va la mitad del dinero. Te lo comes todo en gasoil. A la gente que les hemos dicho esa cantidad se han asustado. Lo que pasa es que nosotros vamos en plan austero y si un día tenemos que dormir en la furgoneta porque no nos llega para un hotel pues lo hacemos. Pero no pasa nada, es lo que toca este primer año.
En ese sentido, parte entonces con desventaja respecto a otras pilotos...
-Por supuesto, pero ya lo sabíamo cuando empezamos a funcionar. Ahora se trata de ir poco a poco consiguiendo cosas a todos los niveles y luego cuando me dé a conocer mucho más entiendo que las firmas se fijarán más en nuestro proyecto.
Y, ¿cómo lleva lo de encontrar patrocinadores para apoyar su proyecto?
-Pues poco a poco. Quisiera agradecer cómo no a los que se han embarcado en esta aventura este año, empezando por el H2O que confió en nosotros desde el principio. También hay que destacar a Ricky’s Motorbikes, un taller especializado en suspensiones, de Vitoria o Vimoto. A Lemans, que nos ha pintado la moto o al concesionario oficial de Kawasaki en Bolueta que nos ha proporcionado material a precio coste. Su propietario, Pedro, me ha regalado un casco. El Grupo Basalde nos ayuda a nivel económico y es uno de los sponsor fuerte, pero la idea es que el año que viene esto pueda crecer y sigamos juntos.
Vamos, que muchos son intercambios materiales... Economía de guerra.
-Totalmente. Pero si empiezas a sumar cosas, al final te sale un pico y todo vale. También está mi preparador físico Javi Vega con el que enrenó de forma gratuita en el Go Gym. Además está la propia Federación Alavesa o el grupo Eskegi que son los que nos están ayudando con el tema administrativo y de hacienda. Si no fuera por ellos tendríamos que haber montado una empresa nosotros y eso nos hubiese supuesto más quebraderos de cabeza.
Al final tiene que moverse mucho para conseguir todo esto, ¿verdad?
-Así es. Vamos poco a poco y cuando comenzamos no teníamos casi nada. Ahora espero que si acompañan los resultados vayan entrando marcas nuevas, porque realmente creo que este deporte tiene tirón. Llevamos el logo de Kirolaraba -antigua Alvide- con la idea de poder optar a subvenciones el año que viene por parte de Diputación. Nos han dicho a ver si este año podíamos colocar su anagrama en la moto sin contraprestación alguna y así lo hemos hecho.
Oiga, y a todo esto, ¿qué le dicen sus padres de esta locura?
-Mis padres siempre han sabido que esto me gustaba, aunque no al punto de quere competir a este nivel. Me dicen que estoy un poco loca, je je. Mi madre me dijo una frase un día que se me ha quedado grabada a fuego: ‘que he sustituido tener un hijo por la moto’. Aunque creo que todo llega y es compatible. Hay chicas que son madres de niños de un añito o dos. No es incompatible. De todas formas, ahora me animan y apoyan. No pueden venir a Jerez, porque les pilla lejos y tienen algún compromiso. Eso sí, me han asegurado que a Alcarrás y Los Arcos vendrán.