berlín - Los fichajes del centrocampista portugués Renato Sanches y del central alemán Mats Hummels son una muestra más de que el Bayern Múnich sigue con su planificación para mantenerse en la elite europea y consolidar su hegemonía en el fútbol alemán. Ya a mediados de la temporada, cuando todavía no era oficial la marcha de Guardiola ni la llegada de Ancelotti como su sucesor, se había dado una primera señal con la renovación de los contratos de Müller, Boateng y Thiago Alcántara, todos ellos hasta 2021, y el de Xabi Alonso hasta 2017. Luego siguió la renovación del meta Manuel Neuer y ahora los fichajes de Sanches y Hummels son un paso más.

El de Hummels es un fichaje clásico del Bayern siguiendo la norma de que cuando hay un internacional alemán en el mercado hay que intentar llevarlo a Múnich y de paso se le quita un jugador más al Borussia Dortmund, el principal competidor en la Bundesliga, que ya ha tenido que ver cómo Götze y Lewandowski terminaban vestidos de rojo y blanco. Hummels, además, es un jugador hecho, con dos Bundesligas y una Copa alemana, además de haber sido titular en la selección alemana campeona del mundo en Brasil.

El caso de Renato Sanches es distinto al de Hummels y es, ante todo, una apuesta de cara al futuro. El fichaje tiene el valor mediático adicional de que media Europa estaba detrás del jugador del Benfica, que al final se decidió por el Bayern.

Pese al costo de los dos primeros fichajes del Bayern para la próxima temporada, que debe estar sobre los 70 millones de euros sin contar complementos, que en el caso de Sanches pueden alcanzar los 80 millones, es de esperar que esas dos operaciones no hayan sido las únicas que hace en el Bayern en el mercado de fichajes para la próxima campaña. - R. Zuleta