madrid - Llegan fechas complicadas. Aunque para Barcelona, Madrid y Atlético jugar cada tres días sea algo habitual, la carga de trabajo acumulada durante la temporada cobra más fuerza que nunca. Además, el aspecto psicológico adquiere una elevada importancia y será crucial para afrontar los últimos meses de competición liguera y los partidos de Champions, si los españoles consiguen pasar de ronda.

La semana pasada tuvieron lugar la idas de los octavos de final de la Liga de Campeones, pero tanto Luis Enrique como Simeone o Zidane ya tienen la mente puesta en La Liga, donde no quieren dar ningún susto más a sus aficionados y sí mantener la tensión hasta los últimos partidos.

El equipo de Zidane, que dijo que le gustaban los retos, abre la jornada ante un Eibar que llega a Madrid con 38 puntos, en novena posición, y con más cosas a ganar que perder. Los locales tendrán que demostrar una vez más que son capaces de reponerse a la derrota en Alemania -el Wolwolfsburgo se impuso 2-0- y hacer ver a su afición que una victoria ante el Eibar será el primer paso para una remontada el martes.

Por otra parte, los de Simeone vuelan a Barcelona para enfrentarse a un Espanyol que necesita los tres puntos para ponerse con 39 y acercarse un poco más a la permanencia definitiva. El Atleti busca ganar, pues no quiere dejarle al Barcelona un camino fácil hacia el título -como ya consiguió en Liga de Campeones, con un ajustado 2-1 para los de Luis Enrique-.

Precisamente los culés regresan a su origen. Fue en Anotea donde se produjo un antes y un después en el Barcelona, un equipo que ha dejado dudas en sus últimos partidos y que, de nuevo en San Sebastián, quiere apartarlas para siempre. El rival, a una victoria de la permanencia.

Seguir vivo en Liga de Campeones es una de las metas de los tres equipos, pero mantener el mismo nivel en La Liga, también.