Pamplona - “No hay agujeros, eso está claro. Tienen una defensa impresionante y juegan con gran facilidad”, revelaba Oinatz Bengoetxea el miércoles en el Labrit de Pamplona. El delantero de Leitza hablaba de Aimar Olaizola y Mikel Urrutikoetxea, contra quienes se juegan acariciar la final del Parejas (18.00 horas, NTB) tras saborear una primera jornada de la liguilla de semifinales de forma satisfactoria. Pero el delantero no encuentra fisuras en sus adversarios, autorizados por un triunfo de entidad ante Martínez de Irujo-Rezusta, líderes de la fase inicial del campeonato, a los que derrumbaron en el Bizkaia de Bilbao.
Aun así, los focos se acodan sobre el de Leitza y su regreso a las canchas después de una semana fuera por problemas en los tobillos. “Entrenando me sentí bastante bien. Hice una prueba bastante exigente en Leitza y tengo los tobillos y las manos bien. La intención es llegar al cien por cien al partido”, concretó en la liturgia el delantero navarro, que se mide contra un contrincante muy complicado, Aimar.
El goizuetarra se encuentra arrebatado. Tras superar las molestias en el hombro izquierdo por una tendinitis, Olaizola II ha ido sumando cada vez más juego en ataque a su ya intuitivo despliegue defensivo, un primor. A pesar de los accidentes, la maquinaria del puntillero navarro junto al cada vez menos sorprendente, por la consecución de exhibiciones, de Mikel Urrutikoetxea anuncian favoritismo de su lado.
El todoterreno de Zaratamo es la columna vertebral de su dueto por su polivalencia en los distintos aspectos del juego. Si bien el olfato de Aimar es lo que da brillo a su camino, la capacidad del campeón del Manomanista para soltarle desde cualquier postura y posición en los 36 metros han abierto una brecha en la cancha. Mikel defiende bien de aire, despeja la pelota con chispa y tiene brillo a la hora de soltarle. Así, abre brechas. Pero “Untoria está en buen momento”, cuentan los favoritos. Por lo que, aunque los corredores canten colorado, la puerta a la final estará abierta hasta el 22.