castelo - “No he mirado atrás. No he querido mirar atrás. Tenía buenas piernas y no quería mirar atrás”. Con sufrimiento, en un final agónico, escribió ayer el alavés Imanol Estévez su primera victoria como profesional. Un premio a la constancia, a la insistencia y a la tozudez de los chavales de Euskadi Murias, que llevan persiguiendo el primer triunfo del equipo desde que se estrenaran en el pelotón en enero del año pasado. La Vuelta al Alentejo, donde Miguel Indurain dejó escrito su nombre con mayúsculas en 1996, en su último año sobre la bicicleta, fue testigo ayer del primer triunfo del conjunto vasco, que ha encontrado por fin el premio que tantos meses llevaba esperando y que había acariciado con la punta de los dedos en más de una ocasión.
La última, el domingo, cuando Estévez se tuvo que conformar con la segunda posición en la última etapa del GP Liberty Seguros. También al sprint, Will Routley le apartó del triunfo por un palmo. Ayer, el gasteiztarra se desquitó. Y de qué manera. “Sabía que podía estar ahí porque vengo en un buen punto de forma. En el GP Liberty Seguros estuve delante y he podido rematar aquí en Castelo”, reconocía un eufórico Imanol Estévez. En una jornada con un final exigente, con cuatro cotas puntuables en los 60 últimos kilómetros, el trabajo de todo Euskadi Murias fue digno de mención. Más aún cuando Mikel Iturria, Aitor González y Eneko Lizarralde, tres de los siete corredores con los que está participando la escuadra vasca en la prueba portuguesa, padecen distintos problemas de salud que, al menos ayer, no les impidieron completar los 158 kilómetros de la etapa.
Estévez contó con el apoyo de Gari Bravo y Mikel Bizkarra en el tramo definitivo de la jornada. Las exigencias del día, en forma de puertos de montaña, habían eliminado ya a Iturria, González y Lizarralde, mientras que Beñat Txoperena, que se encontraba con buenas piernas, quedó descartado por un inesperado pinchazo. Así, tanto Bravo como Bizkarra cumplieron a la perfección con las órdenes que les llegaban desde el coche, que pasaban por proteger al gasteiztarra de cara al repecho final, de poco más de un kilómetro y con una pendiente sostenida de un 5%. Allí, Estévez fue el más rápido. Conocía el terreno del año pasado, se sintió con fuerzas, salió bien colocado y se plantó el primero en la línea de meta. Una gesta. La primera de las muchas que le aguardan al ciclista alavés, señalado por muchos como uno de los corredores vascos con mayor porvenir. No tendrá un camino de rosas, como tampoco lo ha tenido Euskadi Murias, que ayer, de la mano de Imanol Estévez, logró su primera victoria en el pelotón profesional.
defender el liderato “Ya está hecho. Hemos conseguido lo más difícil, que era ganar la primera. Ahora toca defender el liderato”, apuntaba al otro lado del teléfono Jon Odriozola, director de la escuadra vasca. No será sencillo, restan aún cuatro etapas, pero el equipo está con confianza. “Intentaremos mantener el maillot hasta el final”, señaló el ciclista alavés, que no pudo ocultar su alegría tras la victoria: “La verdad es que es muy especial porque es mi primera victoria como ciclista profesional y siempre me acordaré de este sitio”. Portugal en el corazón.