He preparado este campeonato con mucho mimo”, cuenta Esteban Gaubeka (Armintza, 1977). El palista vizcaino aterriza hoy, a partir de las 17.00 horas, en la final del Individual de pala profesional después de dos años de ausencia. Fue en 2013 cuando alcanzó su última disputa por la txapela de la modalidad y cayó ante Pablo Fusto, su único escollo hacia el título, que no conoce la derrota en duelos de tamañas características desde que el leño se mudó del Club Deportivo al Bizkaia de Miribilla. El armintzarra, con cuatro txapelas del mano a mano en el emplazamiento de Alameda Rekalde, no ha terminado de cuajar en el frontón corto en solitario. “Me encuentro muy bien. Estoy entrenando muy a gusto. Me gusta el Individual. Me veo bien ensayando y jugando. Estoy con confianza. Saldré a por todas”, recita el puntillero de Armintza, quien agrega que “este puede ser el año, después de unos cuantos en los que no he hecho nada. En el Deportivo gané cuatro veces y aquí se me está resistiendo. Este es el año en el que mejor me he preparado. De momento, estoy en la final y espero que sea la edición en la que gane en el Bizkaia”.

Desvela el Gallo de Armintza que, tras dos cursos sin alcanzar la final por culpa de Xabier Ibargarai, un contrincante que se le atragantaba, ha transformado parte de la preparación. “He cambiado de mentalidad. Además, hablar con amigos y con gente que me ve de fuera, que me puede corregir técnicamente cosas que yo no podía, me ha ayudado. También, el preparador físico me ha puesto unas tablas semanales y creo que me están viniendo bien. He preparado de forma diferente cuanto a la explosividad”, certifica Esteban Gaubeka.

Aun así, el principal cambio ha sido en la concepción del campeonato. Pasar por el diván. La presión autoinfligida le pasaba una factura demasiado cara al palista vizcaino. “He tenido que cambiar en ese tema. Soy muy competitivo conmigo mismo. Se me escapó el Individual en 2012 en el Baztan de Elizondo contra Xabier Ibargarai en cuartos de final. Aquello fue un varapalo grande por no haberme clasificado ni siquiera para las semifinales. Más aún, después de haber ganado el año anterior en el Deportivo”, señala Gaubeka, quien apostilla que “año tras año, entre que me costaba amoldarme al frontón corto y que no salían las cosas, me metí en el círculo vicioso de la presión y en tener que ganar”.

De este modo, advierte el armintzarra que “me he comido demasiado la cabeza en este torneo”. “He podido salir más tranquilo a la cancha con un poco de ayuda de mi entorno. Estos últimos años pensaba más en la final y en la txapela, en ganar a Pablo Fusto, que era el que estaba mandando, que en el resto del campeonato. Y con tanto pensar en la final, perdía en las semifinales”, comenta Esteban. El cambio se personificó en una gran eliminatoria contra Ibargarai, que le había tumbado los últimos años. Una espinita que seguía clavada en su interior. “Este año he cambiado el chip y he salido tranquilo. Ibargarai me lo comentó después del choque, le pasó lo mismo, salió agarrotado por la tensión. Así, juegas la mitad. Cuando sales de esta manera cuesta hasta respirar. La cabeza es tan importante como el físico. Cuando te cogen los nervios, se te encoge el brazo, no respiras bien y te cansas antes. Es una agonía. Cuando haces un joko, te sueltas. Eres otro”, argumenta Gaubeka.

LA DERECHA DE FUSTO Será la cuarta ocasión en la que Fusto y Gaubeka se midan en una final de la modalidad. El argentino tiene cinco entorchados, los cuatro últimos consecutivos en Miribilla, y el vizcaino, cuatro, logrados todos en el frontón del Club Deportivo. En sus anteriores contiendas, las disputadas en Alameda Rekalde se han dirimido una para cada lado; mientras que la de 2013 fue a parar del suramericano, impenitente en el último lustro en el Bizkaia.

Así las cosas, la final del mano a mano de pala se verá mediatizada por la lesión en la diestra de Pablo Fusto, que sufre tres fisuras en la yema del dedo corazón. Poco a poco ha ido mejorando el bonaerense, aunque no estará tal y como le gustaría.

Cuenta Esteban que “aunque tenga la mano tocada, mi intención siempre ha sido sacarle de la pared. Con la izquierda hace mucho daño. Hay que atacarle sí o sí. Tengo que tirar el dos paredes y encontrarle en el ancho”. Es decir, Gaubeka apuesta por buscar movimiento y su perfil diestro. Porque, tal y como sostiene el palista armintzarra, Pablo “tiene pocos puntos débiles”. “Este frontón es bueno para él. Dice que el saque no lo hace bien, pero cruza y lo ejecuta de un modo parecido a mí. La clave, como siempre, es atacarle y moverle. Si me domina y me mete por el pasillo, por la zurda, será complicado. Es fácil de decir, pero luego es difícil de hacer. Tengo que hacerle correr”, manifiesta el Gallo de Armintza, quien para finalizar se muestra satisfecho de la que es su actualidad. “Estoy muy contento”, reconoce Gaubeka, quien seguido añade: “Siempre me ha gustado el Individual. Me estoy divirtiendo mucho. Tengo que calentar bien y que salga mi juego”.