vitoria - ¿Qué valoración hace la Federación Alavesa de la campaña recién acabada?
-Muy positiva si la centramos en el protagonismo que han tomado los clubes respecto al papel histórico de la Federación en Álava. Antes se trabajaba desde dentro hacia afuera porque había unas necesidades que la FAP tenía que asumir; era el motor que tiraba del pádel hasta que el año pasado se cedió un poco el testigo a los clubes y eso salió muy bien.
¿En qué sentido?
-En que el éxito ha sido generalizado. Los torneos han gozado de mucha calidad y el número de inscripciones ha crecido respecto a años anteriores. Es evidente que hay un efecto llamada que está atrayendo a mucha gente a las canchas.
¿Desde el plano deportivo también se puede hablar de un balance tan satisfactorio?
-Seguro que sí. Hemos tenido amplia representación en campeonatos autonómicos y estatales, y contamos con los número uno del circuito vasco como son Iñigo López de Aberasturi, Lopa, y Beatriz Barrena. Para el pádel alavés, con todas las limitaciones que tiene, contar con esta pareja es un auténtico lujo, un privilegio.
¿Continúa siendo una utopía que Álava pueda llegar a tener un profesional?
-Ahora mismo no es factible salvo en un caso, el de Lopa, que si quisiese podría enfocar su carrera en este sentido porque aún es joven. Estoy seguro. Sin embargo, ha elegido otro derrotero profesional y solo cabe respetar la decisión. Desde Jon García Ariño, y tomando aquellos años como profesionales, no ha habido nadie que haya asumido esa bandera en Álava.
¿El futuro no invita al optimismo?
-Hay que ser prudentes con este tema y no meter más presión de la debida. Este año hemos conseguido buenos resultados con los chavales de Álava, han disputado citas importantes y han dado la cara a pesar de no tener ningún campeón, pero estamos compitiendo de igual a igual con potencias como Madrid, Barcelona o Andalucía. Les seguimos el hilo.
¿Alguna pista para el futuro?
-Ahí están los casos de Miriam Vesga (infantil), que acaba de ganar el Master 2015 de Álava con un buen nivel de juego y mucha madurez, o su hermana Marta (cadete), que fue cuarta con Euskadi en el Estatal de Murcia, o Álvaro Rodríguez, también en categoría infantil...
¿Qué hay en el debe de la Federación de cara al año que viene?
-La relación con los clubes. Puede y debe ser más fluida. En 2016 nuestra bandera debería ser el dar soporte a los clubes en todo lo que tenga que ver con la formación de las categorías inferiores. La FAP, ademas de promocionar el pádel, debe dar soporte a las entidades que quieran llevar acciones que tengan que ver con los menores y los técnicos, que son la base de la pirámide. Sin ellas los resultados no serán nada fáciles de conseguir. Por tanto, e insisto, entre los deberes para el 2016, apoyo al club cuando tenga algún tipo de carencia en aspectos técnicos y organizativos. Queremos que tiren más de nosotros y que nosotros nos esforcemos en que puedan hacerlo. Es una labor de ambos.
Acaba de referirse a la figura del técnico como fundamental en la pirámide deportiva. ¿Cuenta el pádel alavés con buena materia prima en este sentido?
-Desde luego, y le pongo un ejemplo de última hora. Jon García Ariño, uno de nuestros mejores técnicos, acaba de ser campeón del Mundo en México con la selección masculina y femenina española de menores, esto es, de entre 14 y 18 años. Eso para una provincia tan pequeña como Álava es extraordinario. Pero es que además de Ariño también contamos con gente muy bien preparada, monitores titulados y técnicos con título Nacional como Ritxar Martínez, Roberto Calle, Lopa o un servidor. Desde la Federación vamos a seguir impulsando la formación en todos ellos porque la entendemos crucial a la hora de trabajar con menores y poder avanzar. De lo contrario es imposible.
¿Cuántos clubes hay en estos momentos en Álava?
-Con independencia de que tengan instalaciones propias o no, un total de diez.
¿Y le consta a la Federación algún proyecto nuevo en ciernes?
-No me consta todavía pero es solo cuestión de tiempo. Lo que ya ha pasado en otros sitios pasará más pronto que tarde aquí.
¿Y habrá sitio para todos?
-Sí, siempre y cuando se empiece a trabajar el pádel como negocio enfocado a algo más que dar clases y montar partidos. Puede que esta fórmula fuera válida antes del boom del pádel en Álava pero desde luego ahora, con la oferta tan amplia que hay, no parece que tenga mucho sentido. El valor añadido de un proyecto ya no puede estar en contar con una, cinco o diez pistas sino que debe ser capaz de obtener una serie de ingresos atípicos que le permitan ser rentable. Y ahí sí, creo, que habrá sitio para todos.