BILBAO - El leitmotiv de Aimar Olaizola es que tiene que buscar cierta dosis de riesgo. Sabe que le va a doler, que el estado actual del dedo corazón de la mano izquierda, lesionado, con un hematoma que poco a poco se va absorbiendo, le pasará factura seguro en una contienda himalayesca el domingo en el Bizkaia de Bilbao. Eso sí que sabe Aimar Olaizola, pero lo que no sabe es si estará en la semifinal del Cuatro y Medio que le enfrenta a Juan Martínez de Irujo, porque las circunstancias no le dejan. Confiesa que siente dolores y que no es capaz de “pelotear del tres al tres” y esa es la marca que se pone para hoy.
Porque el puntillero de Goizueta se probará para ver de qué forma puede atajar los problemas y cómo está realmente la avería que se hizo en el dedo ante Jokin Altuna en el segundo encuentro de cuartos de final del acotado, que se agravó ante Iñaki Artola. Cuenta el mismo Olaizola que “en los primeros tantos contra el de Alegia ya le dije a mi hermano, que estaba de botillero, que sabía que me había roto la mano”. Desde entonces, las sensaciones no han ido a mejor y no ha podido darle la vuelta a la situación después de diez días sin apenas tocar pelota. Por ello, certifica que “me probaré y a partir de ahí tomaré la opción que sea. Si la mano está como el martes, cuando vine a entrenar a Bilbao con Danel Elezkano, es imposible que pueda salir a la cancha con todas las consecuencias”. Así las cosas, la participación del navarro en la semifinal del domingo en el templo de Miribilla tendrá que pasar por diversos episodios: la prueba de hoy, en la que si está mal dirá que no juega, y la decisión final, si hay duda, que será mañana por la mañana. La espera, no obstante, tendría cierta connotación positiva, porque querría decir que la zurda de Aimar va a mejor. “Tenemos que ver qué tipo de dolor hay y si tenemos que arriesgar”, comenta y apostilla que “si aunque tenga dolor, soy capaz de pelotear, tomaré la decisión de salir. No es un partido que se juega todos los días. Si veo que va a mejor, intentaré apurar todos los plazos. Depende de las condiciones en la que esté, arriesgaré”. “Mi intención es jugar. Tengo que ver que puedo pelotear y si es así, saldré a sufrir. Si decido jugar, sé cómo voy a acabar, pero también hay que tener en cuenta al público”, añade.
Una de las circunstancias que se apresura a señalar el de Goizueta es que la base de su participación está en el “acierto” con los tacos, porque no se le pasa por la cabeza sedar la zona. “Es una parte del dedo que está muy cerca de la palma”, argumenta. Perdería tacto con la pelota, porque la lesión está casi en la base del dedo corazón. “En la prueba tendré que cambiar los tacos. En el entrenamiento del martes intenté ejercitarme con los de siempre y pasé mucho dolor. Lo difícil es que tengo que dejar hueco en la mano y en el dedo”, declara. Tampoco podrán meterle una férula para sujetar el dedo, porque es una parte complicada.
También afirma el delantero de Asegarce, al que ayer acompañaron en el frontón Bizkaia de Bilbao responsables del departamento médico de su empresa, que “yo soy el que peor lo pasa”. Admite que “estaba con confianza antes de esto y luego he pasado diez días sin tocar pelota y el dedo sigue igual. Estás inquieto, porque no sabes si podrás jugar”.
Aimar Olaizola, veterano en estas lides, es un tipo curtido en mil batallas, tiene el pellejo de acero, pero asume que “uno se acostumbra a jugar con dolor”. “Ya he tenido mil historias parecidas a esta. Cuando uno está en esto, le tocan este tipo de cosas. Muchos dicen que he pedido un montón de aplazamientos, pero si estás tantos años es normal. Recuerdo jugar con dolor, pero no tanto”, desvela el goizuetarra, que apostilla que “me he vestido muchas veces de blanco con molestias de todo tipo, de la espalda, del hombro, del brazo? También con mal de manos. Contra Jokin jugué así en el Atano III”.
incertidumbre Con todo esto, hasta hoy o mañana, el delantero de Goizueta no habrá cerrado de manera definitiva el cartel de la semifinal del Cuatro y Medio del Bizkaia, por lo que hay cierta incertidumbre en el ambiente. En cualquier caso, el encuentro se jugará, con Olaizola II o no. En caso de negativa, será de la partida Jokin Altuna, tercero en discordia.
Aun así, las dudas residen en muchos de los posibles asistentes al envite. Según fuentes consultadas, alrededor de 1.400 entradas han sido ya reservadas para la contienda y la cancha de Miribilla vivió ayer una elección de material en la que hubo bastante más expectación de lo normal, con aroma a batalla. Sin embargo, los espectadores están encallados en la posibilidad de que juegue uno u otro. Y es que, el tirón sería muy distinto. Bien es cierto que el amezketarra llena frontones, pero todavía le faltan escalones para acercarse al eco mediático de Aimar.
Tal es la confianza en que pueda jugar el de Goizueta en los mentideros manistas que el pelotari guipuzcoano continúa programado para el envite de esta tarde en Zegama, donde jugará con Abel Barriola ante Iker Irribarria, al que Aspe cada día otorga más papeletas para el Parejas, y David Merino. Afirma Altuna III que “estoy tranquilo porque estoy casi seguro de que va a salir Aimar, que no va a dejar pasar una oportunidad como esta así como así. Es veterano y sabe protegerse. Me haría ilusión jugar un partido de este calibre, pero no creo que sea así”. “No me hago ilusiones con la semifinal”, finaliza el delantero de Amezketa.