Vitoria. No pudo ser. El sueño de Iván Fernández de lograr el billete para los Juegos Olímpicos de Río deberá esperar un poco más. El atleta gasteiztarra había depositado sus ilusiones en el maratón que se ha disputado este domingo en Berlín y en el que se ha impuesto el keniano Eliu Kipchoge, con un tiempo de 2h 4m.

En esta prestigiosa cita, el pupilo de Martín Fiz debía de bajar de las 2h 13 minutos y pese a que tenía ese crono en sus piernas, al final el bravo corredor alavés se vio obligado a abandonar en el kilómetro 28 por problemas estomacales.

"Una pena", reconocía instantes después su entrenador. Así es. Tanto trabajo y tantos kilómetros acumulados en las piernas para que a la hora de la verdad por culpa de una inoportuna lesión todo se venga abajo. Y es que tal y como reconocía su entrenador "los 15 días que ha estado parado le han acabado finalmente pasando factura". Dos semanas sin carga de trabajo es mucho tiempo de parón para una prueba tan exigente como la maratón. Tiempo necesario para coger volumen y kilómetros en las piernas para aguantar el tramo final de la prueba. El tramo decisivo, el tan temido muro que derriba a los atletas.

Poco antes de llegar al muro del kilómetro 35, Iván decidió abandonar por culpa de unos inoportunos problemas estomacales como reconoció el propio atleta en su cuenta de twitter. No iba a llegar y haber seguido podría haber provocado una lesión que hipotecaría en gran medida la temporada y su objetivo de estar en los Juegos el año que viene. No merecía la pena seguir así. Cabeza fría en un momento duro la del alavés para saber parar a tiempo. "A veces una retirada a tiempo es una victoria". Así se lo van a hacer ver a Iván durante estos días. "Anímicamente es un palo muy gordo. Al haberse retirado, físicamente no le va a pasar factura, pero mentalmente hay que recuperarlo". Ese será el trabajo de Martín Fiz.

Es lo que toca, porque el que fuera campeón del mundo de la distancia sabe que su pupilo tiene la marca para ir a los Juegos en sus piernas. De hecho, así lo demostró durante tres cuartas partes de la prueba. Iván Fernández necesitaba cubrir cada kilómetro en un tiempo de 3m 9s. Pues bien, para el kilómetro 25, el vitoriano marchaba a una media de 3m 5s el kilómetro.

Iván Fernández fue siempre en el segundo grupo de cabeza, por detrás de los intratables kenianos. En el kilómetro 5 pasó con un crono de 15m 31s (3m 6s, el kilómetro), en el puesto decimosexto. Por el diez y el 15 marchaba decimonoveno en un grupo de unas 15 unidades. Su tiempo de 30m 44s en el 10.000 y 46m 04s en el 15.000 indicaban que todo iba por buen camino, ya que su ritnmo había aumentado hasta el punto de que el ritmo medio por kilómetro era de 3m 4s.

Río se iba acercando poco a poco. Otro paso más en el kilómetro 20 y al llegar al ecuador de la prueba en la 21ª posición con un excelente tiempo de 1h 4m 57s. Faltaba la mitad de la carrera y la proyección de su tiempo, siendo consciente de que en la segunda parte tardaría algo más, aventuraba un crono final de 2h 10m o 2h 11m. Dos minutos de margen sobre el objetivo fijado por si venía el hombre del mazo al final de carrera.

El objetivo estaba ahí. Más teniendo en cuenta que a Iván le gusta correr de menos a más y llegar fresco a los finales de carrera. Su tiempazo permitía soñar con los Juegos de Río. Iván Fernández llevaba un ritmo de 3m 5s en el kilómetro 25 (1h 17, 14s). Más cerca de ser olímpico.

Sin embargo su sueño se derrumbo poco antes de llegar al kilómetro 30. Ahí aparecieron las molestias. Había que bajar el ritmo. Seguir así era en balde. Varapalo. Mazazo al sueño de Iván. Tocará esperar. Y es que aún no está todo perdido. Queda otra oportunidad el próximo mes de febrero en el Campeonato de España de Maratón de Sevilla. "Ahí seguro que lo consigue", vaticina Fiz. Lo tiene en las piernas.