vitoria - Uno de los últimos héroes del alavesismo parece decidido a continuar ligado al fútbol. El mercado amaga con querer cerrarle las puertas para siempre pero sus piernas, y sobre todo su cabeza, le animan a seguir peleando por lo que sería, problablemente, su última oportunidad para engancharse al fútbol profesional. Juan Manuel Gómez Sánchez, Juanma, (Don Benito, 1981), es en estos momentos, a pesar de su edad, otro parado más de los tantos que engrosan las listas del paro futbolístico. Sin embargo, no parece decidido a resignarse. A la espera de que el teléfono vuelva a sonar, y mientras se mantiene en forma con el Aurrera de Vitoria, el que fuera secundario de lujo con varios minutos de crack en aquella tarde en la Nueva Victoria que sirvieron al Alavés para conseguir una agónica salvación ante el Jaén, mata el gusanillo entrenando a los chavales del Alevín B del Ariznabarra, donde comparte docencia futbolística con su excompañero y amigo Sergio Llamas, vinculado afectivamente con el club barrial al ser su padre, Fernando, el actual presidente.
El origen de su llegada al banquillo comenzó la pasada temporada, cuando desarrolló las prácticas que le exigía el primer curso para obtener el título de entrenador que se estaba sacando precisamente en este mismo club. Como quiera que la experiencia le agradó y su relación con la entidad azulona es excelente, hace ahora tres semanas que el presidente le ofreció la posibilidad de entrenar al Alevín B del club hasta que su futuro profesional termine de aclararse. “Yo quería ficharlo para nuestro equipo de Preferente, pero no pudo ser”, bromea Llamas al otro lado del teléfono.
Como era de esperar, la llegada de Juanma ha resultado toda una sorpresa para un grupo de chavales que hasta hace bien poco idolatraban al habilidoso extremo en Mendizorroza. Y esta sensación se notó en el primer día de entrenamiento, cuando al presentarse a todos ellos en el vestuario, las risas dieron paso a un sentimiento de respeto y admiración que el extremeño se encargó de romper poco después. “Estaban un poco temerosos y cohibidos al principio, es cierto, pero eso ya pasó. Estoy aquí para enseñarles lo poco que puedo saber y sobre todo para que disfruten con el fútbol, que a su edad es lo único importante. A eso y a que se respeten, a sí mismos y al resto de compañeros”, subraya el exjugador del Alavés.
valores y fútbol En su primera experiencia como entrenador -Juanma acredita de momento el Nivel 1-, también las dudas se asoman a su cabeza, consciente de que solo el tiempo terminará por aclararle si la opción de continuar ligado al fútbol desde los banquillos es la deseada. Mientras tanto, solo queda que los chavales disfruten con el balón y aprendan valores que en un futuro les pueden servir de gran ayuda tanto en el campo profesional como personal. “Respeto, humildad, compromiso, obediencia y trabajo son valores que yo he aprendido gracias a este maravilloso deporte y que ahora trataré de inculcar a los chavales”, apunta el extremeño, que en estos momentos trata de reubicarse en Vitoria, donde todo apunta a que podría quedarse a vivir de manera definitiva con su mujer y sus dos hijos si cuelga las botas para siempre. De momento, su legado futbolístico empieza a descansar en Ariznabarra, orgullosa de contar entre sus filas con el exalavesista.