vitoria - “Puedo porque creo que puedo”. Es una de las frases de cabecera de Carolina Marín, el milagro onubense que ha colocado al bádminton español en el mapa mundial. Porque en una modalidad dominada histórica y exclusivamente por las jugadoras asiáticas, el tesón, calidad y poder mental de una joven que en su día dejó su casa para cumplir su sueño en Madrid ha logrado hasta la fecha dos Campeonatos del Mundo consecutivos, el último de ellos el pasado mes de agosto en China tras vencer a Saina Nehwal, sin duda una gesta sin apenas precedentes en el deporte profesional.

Como quiera que sus conquistas deportivas están incrementando el número de seguidores y jugadores -algo similar a lo que ocurrió en la Fórmula 1 con la explosión del fenómeno Alonso-, en Vitoria también se confía en que su estela acabe por contagiar a deportistas como Javier Fernández de Luko, un paralímpico que desde hace años juega al parabádminton y que desde ayer se encuentra en la localidad de Stoke Mandeville (Reino Unido) para disputar el que será su tercer Mundial entre este jueves y el domingo junto a otros 200 deportistas procedentes de 35 países. No será su primera experiencia mundialista del vitoriano ya que con anterioridad ha tomado parte en Seúl 2009, Guatemala 2011 y Dortmund 2013, acompañado entonces por el otro jugador de Zuzenak, Roberto Galdós.

Para la cita en el Reino Unido -será la primera vez en su historia que el Mundial de Parabádminton se celebre en Inglaterra- el combinado español se ha visto reducido a tres representantes: Guillermo Lama, Simón Cruz y el propio Fernández de Luko, que lamenta el poco tirón de esta modalidad. “Ojalá Carolina Marín ayude a este deporte con sus éxitos porque es un ejemplo a seguir en toda regla”, subraya el vitoriano, que se muestra cauto pero ambicioso a la hora de valorar sus posibilidades en la cita mundialista. “Un Mundial es muy complicado. Los coreanos son muy buenos, prácticamente inaccesibles, pero luego están los alemanes y franceses, contra los que trataré de dar lo mejor”.

En este contexto, el objetivo del deportista alavés no pasa tanto por poder alcanzar una medalla y sí por coger experiencia de cara a la cita que más ilusión le hace, Tokio 2020, donde el parabádminton será deporte olímpico. “Faltan seis años aún, lo sé, pero poder luchar por los puntos para estar allí, en la primera cita en unos Juegos Olímpicos, es lo que me hace más ilusión”, añade Luko.

Sea como fuere, tampoco este reto será fácil puesto que el deportista del Zuzenak acude a la cita tras un año prácticamente en blanco por culpa de una lesión en su brazo que le ha impedido entrenarse con normalidad durante siete meses. De ahí que a pesar de un agosto intenso en la parcela física, otro de sus objetivos a partir del jueves será recuperar las sensaciones. “Tengo que seguir demostrando que estoy a alto nivel para competir”, concluye el deportista de Zuzenak.