Ha pasado algo más de un mes desde que el proyecto Ethiopia Cycling Academy echó a rodar por las carreteras de Euskadi, fue el 20 de junio en la prueba de Segura. Aquel día ningún corredor pudo concluir la prueba, pero un mes después están demostrando el nivel que tienen los ciclistas que conforman el proyecto. En la exigente Clásica de Loinaz en Beasain, los cuatro que tomaron la salida lograron finalizar la prueba entre los cuarenta primeros. Unos resultados de categoría y que demuestran el progreso que están llevando a cabo.
Como recompensa a su esfuerzo y a la disciplina que tienen Mikel Gurrutxaga, el padre del proyecto, les llevó a ver una etapa del Tour de Francia a La Pierre de Saint Martin. Disfrutaron con la exhibición de Froome, y como colofón final, tuvieron un premio que no hubiesen imaginado. Visitaron el hotel del MTN Qhubeka, donde tuvieron la oportunidad de conocer a Daniel Teklehaimanot, el corredor eritreo que se ha hecho un nombre en la centenaria historia de la Grande Boucle. Hace unos días, recibieron una charla de los exciclistas Pedro Horrillo, Mikel Pradera y Aitor Silloniz. Tres corredores con un gran bagaje en el campo profesional. Una master class en la que recibieron los consejos y los ánimos, y que los chicos escucharon entusiasmados. Los exprofesionales les animaron a perseguir su sueño, pero siempre con la vista puesta en el futuro. Los propios etíopes expresaron que se están formando en su propio país. Informática y mecánico de automoción son algunos de los oficios para los que se están preparando. Aunque para ellos lo primordial es poder labrarse una carrera como ciclistas.
Tienen la esperanza de poder volver la temporada que viene a las carreteras vascas, lo que sería una nueva oportunidad de demostrar lo que valen. Por el momento, Gurrutxaga y su entorno continúan trabajando en busca de sponsor, que garantice la viabilidad del proyecto el próximo año. Los corredores ven en ello una ventana para poder acceder al campo profesional. “Poder correr en un conjunto de categoría continental sería alcanzar el sueño de nuestras infancias”, señalaban los integrantes del Ethiopia Cycling Academy. Durante la charla les recordaron que estaban en uno de los lugares donde el nivel ciclista es más alto de toda Europa, por lo que si los resultados no les acompañaban, no tenían que desmotivarse.
Pedro Horrillo les puso el ejemplo de Hamado Pafadnam, un ciclista de Burkina Faso que en 2002 fichó por el Cafés Baqué. Tras varias temporadas dejó el ciclismo y pasó a ser mecánico. También Mikel Pradera quiso recalcarles que el mundo del ciclismo es más amplio y que no solo se limita a los corredores: “Se puede trabajar de mecánico, masajista, entrenador. Hay muchas maneras de seguir en el mundillo si de verdad se quiere”. Un modo de seguir ligado al ciclismo, para aquellos que no logran dar el salto al profesionalismo. Tras algo más de un mes, la mejora que han dado es notable. “Los problemas que tenían tanto con la alimentación, como con la hidratación en carrera ya están solventados”, comentaba Gurrutxaga. Los cinco corredores tuvieron problemas al rodar en grandes pelotones, pero las mayores dificultades llegaron en los descensos de los puertos. Para ello, los ciclistas han realizado entrenamientos específicos, que poco a poco están dando sus frutos.
Por el momento a parte de su vida como ciclista, están formándose tanto con temas informáticos como con el inglés. Una de sus mayores barreras es el idioma. Solo uno de los ciclistas, además del director del equipo hablan el idioma anglosajón, el resto tienen que esperar a que les traduzcan al etíope. A pesar de esta dificultad, logran hacerse entender. En su camino a la charla, viajaron por primera vez en un coche conducido por una mujer. Un pequeña anécdota, de las muchas que se van a llevar a casa estos corredores. El encuentro sirvió para compartir historias, como la del hijo mayor de Pedro Horrillo, nacido en Etiopía. A los ciclistas les llamó la atención y preguntaron al ermuarra que les contase la historia. Un tema que levantó más de una sonrisa en los rostros de los ciclistas, que sin duda tuvieron recuerdos de su hogar.
entrenamientos a distancia Ya se ha comenzado a trabajar de cara a la temporada que viene. La idea de Gurrutxaga es la de pelear porque el proyecto siga adelante, ya que es algo a largo plazo: “Nos gustaría contar con ocho corredores el año que viene, cinco sub’23 y tres élites. La idea es poder ampliar el visado unos meses más, para que puedan hacer casi toda la temporada aquí”.
Los corredores regresarán en septiembre a Etiopía, donde correrán las últimas pruebas de su calendario. “Van a tener un entrenamiento planificado, que les vamos a llevar desde aquí. Se lo mandaremos vía correo electrónico, para que cuando vuelvan lleguen en las mejores condiciones”, apuntaba Gurrutxaga.