Rodez - Dolor, sangre e incluso parte de su cuerpo se dejó Jean Christophe Peraud en las carreteras del Tour de Francia. Que este año no estaba siendo su Grande Boucle es evidente. Muy lejos del nivel que tuvo el año pasado cuando se alzó al segundo puesto en el cajón de Los Campos Elíseos. El veterano corredor de 38 años cumple su sexta temporada como ciclista de ruta. Antes fue uno de los dominadores del Mountain Bike, medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Pekín, por detrás de su compatriota Julien Absalon.

En la jornada de ayer, el corredor francés se fue al suelo solo, cuando el pelotón rodaba a una velocidad endiablada, camino de Rodez. Hizo el afilador y las consecuencias de la caída fueron estremecedoras. Ambos brazos presentaban grandes quemaduras, lo mismo que la parte superior del muslo izquierdo, incluso se quejó de la muñeca. Heridas que a cualquier ser humano habrían mandado camino del hospital, pero los corredores están hechos de otra pasta.

El francés tiró de coraje y de fuerza de voluntad. Sacó su orgullo a relucir y se montó en su bicicleta. Una vez reanudada la marcha necesitó atención médica. Desde el coche médico tuvieron que emplearse a fondo para vendar y curar las heridas que se produjo. Chapa y pintura, que se diría en el argot ciclista. Una vez alcanzó el pelotón, tuvo fuerzas para cargarse de bidones y suministrar el avituallamiento a sus compañeros. Su última misión del día.

Los kilómetros finales fueron una tortura, siempre cerrando el grupo. Apretando los dientes, fruto del sufrimiento. Solo cesó en su empeño de seguir la rueda del gran grupeto cuando se acercaron los últimos metros. Con la pancarta de seis a meta desistió. El rostro del francés al cruzar la línea de meta era una mezcla de dolor y sufrimiento con la satisfacción de haber concluido la etapa. Su director Vincent Lavenu señaló tras la jornada que “las heridas en los brazos son muy profundas por la velocidad de la caída. Pero lo que más nos preocupa es el dedo meñique, estamos esperando a que el médico le evalúe y saber si lo tiene roto o no. De todas maneras hay que quitarse el sombrero con Jean Christophe, es un tipo duro”. Habrá que ver el estado en el que se encuentra Peraud de cara a las jornadas venideras.