plateau de beille - Joaquim Purito Rodríguez (Katusha), se transformó en un gigante en la etapa reina de los Pirineos y bajo un aguacero firmó en solitario su segunda victoria en la presente edición, en una jornada en la que los favoritos entraron juntos y Chris Froome conservó el maillot amarillo.
No hubo recital de Froome, que entró en comandita con los rivales de la general. La exhibición la protagonizó Purito, de 36 años, haciendo buena una escapada de 170 kilómetros que le llevó a la gloria en la cima de Plateau de Beille, donde celebró eufórico su doblete.
Después de conquistar el Muro de Huy el catalán perdió sus opciones en la general, pero no su ambición por seguir logrando hazañas. Cinco años después de estrenar su palmarés del Tour en Mende, apareció de nuevo brazos en alto bajo el diluvio, repartiendo besos, en una nube. Era el conquistador de la etapa reina pirenaica, con puertos míticos como el Aspin, el Col de La Core o el de Lars.
Purito llegó al Plateau de Beille con más de un minuto de adelanto sobre dos de los 23 corredores que se escaparon en el kilómetro 30: el danés Fulgsang (Astana) y el francés Bardet (Ag2r).
Por la mañana había anunciado que iba a por la etapa. “Me voy a meter en la escapada y si llega al puerto final lo intentaré”. En meta, después del palizón, ratificó su idea. “Soy como el Atleti: o todo o nada”, dijo el “alumno de Jalabert”.
Era una cita para que los favoritos mostraran sus cartas. Había temor por si Froome finiquitaba del todo el Tour, también interés por ver la reacción de la oposición. Había etapa idónea, puertos y subida final para intentar asaltar al líder.
Pero la cita más esperada de Pirineos solo sorprendió por la tormenta de lluvia y granizo que se desató en los últimos kilómetros. En la carretera solo tímidos intentos de sedición reducidos por el Sky, cuyos corredores protegieron a Froome hasta el último metro.
Si pasaba algo, tenía que ser en el ascenso de 15 kilómetros a Plateau de Beille, exigente y endurecido por la tormenta, a veces de granizo. Entre Richie Porte y Geraint Thomas el maillot amarillo quedó blindado de principio a fin. El Tinkoff de Contador trató de quitarles el volante a los británicos, pero tan solo lograron quemar a Rafal Majka.
Saltaron todos en busca de la sorpresa, y todos fracasaron. Se animó primero Contador a 9 de meta, luego Nibali, más tarde Valverde y Quintana en dos ocasiones, pero solo redujeron a Porte. Aún quedaba Thomas, indestructible en la labor de gregario.
Tocado en su orgullo, un Froome más conservador que en La Pierre Saint Martin, arrancó a 2 de meta, sin la chispa de aquella etapa. No se iba nadie, así que los favoritos firmaron tablas. Solo Valverde le hizo cosquillas a Froome, le quito un segundo.
La general no varió. La segunda plaza en poder de Van Garderen a 2.52 y Nairo Quintana es tercero a 3.09. Podio provisional antes de entrar en las etapas de transición hacia los Alpes. Valverde está a 4.02, Contador a 4.04 y Nibali a 7.47.
La duodécima etapa que recordó en el Aspin el veinte aniversario de la muerte del italiano Fabio Casartelli estuvo marcada por la escapada que llevó al triunfo a Purito. La aventura fue un ejercicio de fondo en el que se impuso el más fuerte, con muchas alternativas.
En el Port de Lers se despegaron el campeón mundial Kwiatkowski y el belga Vanmarcke. El polaco se marchó en el ascenso al Plateau de Beille, pero no contaba con que Purito le echase el guante a 7,5 kilómetros de la cima. Ahí empezó el festival del catalán, donde sacó el espíritu “colchonero”.
Sufriendo, apretando los dientes, en un ascenso que fue a visitar varias veces, cuando aún no estaba asfaltado en su totalidad, donde reventó una rueda que le obligó a pedir a su mujer que le fuera a rescatar. Demostración de valía.
Allí donde soñó con ganar la etapa del Tour, un día despertó como vencedor. Eso sí, sufriendo mucho. Aunque sea del Barça usó el estilo atlético para lograr su tercera hazaña en la “grande boucle”. ¡Qué manera de sufrir, que manera de ganar?¡.
El Tour sale de los Pirineos para adentrarse en el Macizo Central en la decimotercera etapa entre Muret y Rodez, de 198,5 kilómetros. Recorrido ondulado en la parte final. Jornada para aventureros e incluso para velocistas.
Ahora lo que empieza es una serie de etapas que son de llegada a los Alpes, donde se verán las caras de nuevo todos los corredores, en especial, Quintana y Froome. El británico le saca un poco más de tres segundos de ventaja al colombiano que no va a dejar de luchar en ningún momento y que tres segundos no son tanto, cualquiera puede hacer una gran escapada en los alpes.
Aunque no hay que restar importancia a las etapas que vienen ahora de macizo en las que hay puertos un poco complicados que podrían hacer más difícil la vida a Chris Froome, que no se debería confiar, ya que todavía queda mucho Tour, aunque su ventaja si aguanta bien sea suficiente para poder llevarse este Tour y subir a la cima del ciclismo, de nuevo, al equipo Sky. - Efe