LE PIERRE SAINT MARTIN (FRANCIA). El británico Chris Froome (Sky) sacó el latigo en el primer asalto pirenaico y, en modo avión, dio un espectacular golpe de mano al Tour de Francia, ya que destrozó a todos sus rivales, sin piedad, dejando al más cercano en la general, Van Garderen, a 2.52 minutos.

Froome voló en solitario en los últimos 6 kilómetros, sin respuesta alguna de sus adversarios, a los que dejó clavados, sin respiración. Entró en meta adelantando el doblete del Sky, ya que Richie Porte le siguió a 59 segundos.

Porte incluso evitó que lograra segundos de bonificación el colombiano Nairo Quintana, el único que trató de seguir a Froome, pero a distancia. Le endosó al "escarabajo" 1.04 minutos.

El ascenso fue glorioso, histórico, para Froome. Para el resto un calvario. Solo hay que ver las diferencias: 2.09 minutos a Alejandro Valverde, 2.28 a Van Garderen. 2.51 a Alberto Contador, el gran derrotado de la jornada, y 4.25 a Vincenzo Nibali, quien dijo adiós a la posibilidad de revalidar su título.

En tierra de mosqueteros, Froome sacó la espada y no dejó títere con cabeza. Para qué esperar más. En el estreno de la montaña Froome dejó más de medio Tour decidido, y no porque no queden aún muchos asaltos que pelear, sino por la demostración de un estado de forma que ha comido la moral de sus enemigos, resignados a la evidencia de que el ganador del Tour 2013 va directo a por su segundo título.

En concierto magistral de Froome en el día de la Fiesta Nacional francesa le coloca en la buena senda hacia París. Luce el maillot amarillo con diferencias muy serias. Le sigue Van Garderen a 2.52, Quintana, batido en su terreno, están en podio a 3.09. Y a partir de ahí Valverde y Contador sobrepasan los 4 minutos de retraso y Nibali se hunde a los 7.

Tras el descanso en Pau se desató la tormenta británica en la calurosa décima etapa disputada entre Tarbes y La Pierre Saint-Martin, jornada de 167 kilómetros en cuyo inédito ascenso final Froome remató la emboscada del Sky, equipo que estuvo a la altura de su líder.

Todo se dilucidó en 15 kilómetros de un ascenso que llegaba tras la muchas veces traicionera jornada de reposo, una subida con muchos descansos, no de dureza terrible, pero que hizo estragos.

En esa cuesta terminó la aventura del francés Fedrigo, escapado de inicio, y empezó el movimiento estratégico. Movistar, que lanzó al equipo durante buena parte de la etapa, tomó la iniciativa en cabeza, con Valverde como maestro de ceremonias, pero sus intentos fueron reducidos por el Sky, que no tardó en aparecer con efectos devastadores.

Cuando el general Froome le hizo el gesto a Porte de ir "a full" el australiano se activó y destrozó la carrera. Contador, Valverde y Van Garderen iniciaron su calvario particular. Nibali ya hacía tiempo que marchaba a ritmo cicloturista.

El Sky anuló la táctica del Movistar de llevar la etapa rápida para el remate de Quintana. La carta la tenía el líder. Froome sacó el 'molinillo' desde lejos, a 6 de meta, y si todos no pudieron con uno, uno pudo con todos.

Dartagnan fue Froome, reluciente en un nuevo escenario adornado por el color y el calor de un público que vibró con la batalla entre los favoritos, a los que vieron pasar de uno en uno ante sus ojos.

Paseo triunfal para el corredor nacido en Nairobi, de 30 años, ganador del Tour 2013 con cuatro etapas de premio, y empeñado en reverdecer laureles. Sus enemigos no regatearon elogios para él en la meta.

"Ha sido superior a mi y a todos", decía Quintana, aún con ganas de luchar por el maillot amarillo "porque queda mucho Tour y mucha montaña". Contador lamentaba no haber "encontrado piernas" ante un Froome "que ha subido lanzado".

El Tour sigue en Pirineos. La undécima etapa se disputará entre Pau y Cauterets, con 6 puertos en el recorrido de 188 kilómetros. Entre ellos el Aspin y el mítico Tourmalet.