Duración: 2 horas y 55 minutos.
DJOKOVICFEDERER
66%Primer servicio67%
13Puntos directos de saque14
1Dobles faltas3
16Errores no forzados35
74%Puntos ganados primer servicio74%
60%Puntos ganados segundo servicio49%
46Puntos ganadores58
34%Puntos ganados al resto31%
4/10Roturas conseguidas1/7
20/34Puntos en la red42/58
204Servicio más rápido (Km/h)202
191Media primer servicio (Km/h)188
154Media segundo servicio (Km/h)164
148Puntos totales138
LONDRES- Novak Djokovic sigue acumulando Grand Slams y aprovechando el mejor momento de su carrera, con 28 años, para acercarse a los más grandes de la historia. El número 1 del mundo ya tiene tres trofeos de Wimbledon, los mismos que Boris Becker, su actual entrenador, y nueve en total, lo que le coloca ya en solitario en el octavo lugar de la lista de todos los tiempos y en el quinto de la era Open por detrás de Roger Federer, Rafa Nadal, Pete Sampras y Bjorn Borg.
Por segundo año consecutivo, Djokovic apartó a Federer de la posibilidad de lograr su octavo Wimbledon. Salvando los seis primeros juegos, en los que el suizo siguió el patrón que le había hecho concebir esperanzas durante el torneo y llevó la iniciativa, siempre estuvo por encima el serbio, que respondió a su primer servicio perdido con un inmediato break en el séptimo juego del primer set. Djokovic llevó el parcial a un desempate que liquidó por 7-1 para cortar a Federer la intención de buscar sus opciones por la vía rápida.
El tenista de Belgrado demostró un día más su privilegiado condición física que le llevaba a estar siempre preparado para golpear la pelota cuando estaba llegaba. Falló muy poco, apenas 16 errores no forzados, en todo el partido y eso obligó a Federer a asumir muchos riesgos, con suerte desigual. Su mejor momento coincidió con el desempate del segundo set cuando el helvético, de forma agónica, levantó siete bolas de set, que habrían sido casi definitivas de caer del lado de Djokovic, para igualar el duelo.
no hubo vuelco Eso podía ser un punto de inflexión tras dos horas de batalla de un alto nivel, pero la final empezó a caer hacia el lado del balcánico con un grave error de Federer que permitió a su rival romperle el servicio en el tercer juego del tercer set tras desperdiciar un 40-15. Djokovic se hizo fuerte en esa ventaja, aunque la interrupción del partido por la lluvia podía sacar de ritmo a un jugador que empezaba a sentirse ganador. Fueron poco más de veinte minutos de pausa, que no hizo necesario cerrar la Centre Court de Wimbledon, pero al regreso las sensaciones fueron las mismas. Roger Federer no podía con la solidez del número 1 del mundo, que se llevó el tercer set después de que ninguno lograra hacer un punto al resto entre el 4-2 y el 6-4.
El tenista de Basilea tenía que forzar la máquina en busca del milagro que supone en estos tiempos ganarle un partido importante a Novak Djokovic. La final había caído en su brillantez, ni siquiera el público parecía estar convencido del triunfo de su jugador favorito. Hubo cuatro juegos de margen antes de que el serbio rompiera el saque en el quinto juego y, apoyado en la efectividad de su servicio, pusiera proa hacia su vigésima victoria en cuarenta duelos ante Federer. Si dos sets precisaron dos horas, desde el parón sólo se jugaron 45 minutos para concluir en el mismo desenlace del año pasado.
Djokovic gobierna el tenis mundial con una autoridad pocas veces vista que nace de su impecable manera de afrontar la competición y sin que, como ha ocurrido en Wimbledon, necesite un preparación específica previa. El serbio llega y juega y, sobre todo, sus piernas le permiten no regalar un solo punto a sus rivales. La final de Roland Garros, que sigue siendo su gran asignatura pendiente, ha sido su único momento de debilidad de un curso en el que ya acumula dos Grand Slams. Roger Federer vio pasar otra oportunidad, quién sabe si la última, de engordar su palmarés ahora que su final está cerca. Novak Djokovic, como en otro tiempo Nadal, ha aparecido para impedir que el suizo acceda al cajón de los ganadores.