Vitoria - Por tercer año consecutivo, el centro de Vitoria volvió a convertirse en el escaparate perfecto para las reivindicaciones del habitualmente siempre maltratado deporte femenino. Esta nueva jornada para conseguir su visibilidad inundó la plaza de la Virgen Blanca durante toda la tarde con las múltiples y diversas disciplinas en las que todas aquellas que lo deseen pueden animarse a probar. Algo que muchas ya han hecho desde hace tiempo y que ha permitido que Álava disfrute de grandes éxitos dentro de la élite deportiva y, al mismo tiempo y probablemente más importante, también de una notable base.
Sin embargo, el camino para ambas situaciones ni mucho menos acostumbra a ser sencillo. Muy al contrario, por el camino deben superar bastantes más obstáculos que sus colegas masculinos y cuando logran sus objetivos la recompensa es infinitamente menor. Por todo ello continúa siendo necesaria la concienciación sobre la sociedad en este sentido y el evento de ayer -que continuará repitiéndose hasta que no se alcance un mucho más deseable equilibrio- es un grano más que se planta con el propósito de que pueda dar sus frutos a medio plazo.
Y es que sin duda una de las principales metas de estas jornadas es conseguir que las más pequeñas descubran todas las posibilidades deportivas que tienen a su alcance y se animen a practicar alguna de ellas y, por otro lado, que sus compañeros del género masculino lo vean con absoluta naturalidad y destierren definitivamente algunos estereotipos que han estado vigentes en generaciones precedentes y que han provocado la profunda desigualdad todavía vigente.
Todos estos puntos -aderezados con alguna reivindicación más- quedaron patentes en el manifiesto conjunto que se leyó a las seis de la tarde, en el ecuador de una jornada que arrancó a las 16.00 horas y estuvo en marcha hasta las 21.00. Con la presencia del concejal de Deportes, Iñaki Prusilla, fueron las deportistas Arrate Mintegi (atletismo), Laura Pardo (baloncesto), Ruth Linaza (sokatira) y María Fernández (curling) las encargadas de darle voz y trasladar a los muchos asistentes a esta tercera jornada de visibilidad las importantes necesidades del deporte femenino.
Fue, evidentemente, el momento más serio de una tarde en la que la diversión, el juego y las improvisadas clases magistrales de unos deportistas a otros o a jóvenes -y no tan jóvenes- aprendices novatos fueron la amena tónica general. Una dinámica que sin duda contribuyó notablemente a que el deporte femenino calentara Vitoria -y no solo por el intenso sol que acompañó a los presentes durante toda la tarde- y lograra trasladar “la ilusión, el trabajo y el esfuerzo diario que las deportistas hacen para lograr sus metas”.
En crecimiento Un colectivo que, pese a los muchos obstáculos del camino, se mantiene en firme y continua progresión tanto en el número de practicantes en la base y en el deporte meramente recreativo como en la cúspide de la pirámide. Porque la alta competición sigue reportando resultados cada vez más espectaculares y brillantes a un pequeño territorio como Álava que, a priori, no debería tener mimbres para tanto.
En estos momentos se calcula que en la provincia existen alrededor de 1.200 federadas en diferentes disciplinas y aproximadamente medio centenar de entrenadoras. Unos números que con toda seguridad se mantendrán al alza en los próximos años habida cuenta de la excelente respuesta que mostraran ayer todas las pequeñas participantes en la jornada de visibilidad.