Desde que le eligieron con el número uno del draft en 2012, los New Orleans Pelicans saben que Anthony Davis es todo un tesoro. A sus 22 años, La Ceja está llamado a ser el futuro dominador de la NBA, a ejercer una tiranía similar a la que hoy en día muestra en las canchas LeBron James. Es el gran diamante de la liga (24,4 puntos, 10,2 rebotes, 2,9 tapones de media el pasado curso y miembro del mejor quinteto) y por eso la franquicia de Louisiana le pagará a partir del verano de 2016 el contrato más alto de la historia de la competición: unos 145 millones de dólares por cinco años. En el juego interior de los Pelicans, Davis tiene como acompañante a Omer Asik. El turco está lejos de ser una estrella (7,3 puntos y 6,6 rebotes) pero en la NBA los centímetros siempre cotizan al alza, él aporta 213 al mejor postor, y por eso la franquicia ha decidido prolongar su contrato: 60 millones por otras cinco campaña. Pero hay más. Cuando Davis o Asik necesitan descanso, desde el banquillo de New Orleans salta a cancha el francés Alexis Ajinca, un obrero del baloncesto, otro secundario siete pies al que sus 6,5 puntos y 4,6 rebotes, números para nada extraordinarios, también le han valido una renovación millonaria: 20,2 millones para cuatro temporadas.

Davis, Asik y Ajinca son solo tres ejemplos de la envidiable salud financiera de la que goza la NBA y del tremendo boom multimillonario que presidió la apertura del mercado de agentes libres de la competición estadounidense el pasado 1 de julio. En este caso, los números hablan por sí solos y son abrumadores. En las primeras 24 horas en las que franquicias y jugadores podían negociar y acordar sus futuros contratos -no podrán ser firmados hasta el próximo jueves, cuando quede completamente definido el tope salarial para el próximo curso- se pactaron acuerdos por un montante total de 1.567,2 millones de dólares. Un total de 27 jugadores llegaron a apretones de manos para seguir en sus respectivos equipos o emprender nuevas aventuras en otros conjuntos y pese a lo que pueda parecer por la brutalidad de la cifra no todos son megaestrellas de la NBA, ni mucho menos. De hecho, de esos 27 jugadores únicamente dos (Damian Lillard y Jimmy Butler) se vistieron de corto en el último partido de las estrellas del All Star. Notables jugadores como Kevin Love (Cleveland), Kawhi Leonard (San Antonio) o Goran Dragic (Miami) han acordado retribuciones de unos 20 millones anuales; promesas como Draymond Green (Golden State) o Khris Middleton (Milwaukee) han solucionado ya el porvenir de varias generaciones familiares -17 y 14 kilos por curso, respectivamente- pero incluso jugadores oscuros, piezas de rotación muy alejadas de los focos como Jonas Jerebko o Jae Crowder (Boston), han sacado interesantes tajadas superiores a los cinco millones anuales. Y eso pese a que jugadores de primerísima fila como LeBron James, LaMarcus Aldridge o Marc Gasol no han llegado todavía a acuerdos -los tres alcanzarán o superarán los 20 millones anuales de salario- y a que los Dwyane Wade (Miami), Greg Monroe (Miami) y Monta Ellis (Indiana) cerraron los suyos con las 24 primeras horas del mercado ya terminadas, por lo que los dinerales que se embolsarán -20, 16,6 y 11 kilos por campaña respectivamente- no entran dentro de los 1.567 millones mencionados.

El contrato televisivo Existe la certeza de que en la actual NBA hay millones de euros para todo el mundo, para las grandes estrellas pero también para los obreros de la canasta, y también de que en cuestión de doce meses estas cantidades no solo se mantendrán sino que sufrirán importantes incrementos. ¿La razón? El abrumador contrato televisivo que entrará en vigor el próximo verano y que traerá como consecuencia que el tope salarial de las franquicias sufra un espectacular incremento. Si el de la pasada temporada fue de 63 millones y se espera que el del curso 2015-16 esté sobre los 67-69 kilos, ya hay quien prevé que a partir de la temporada 2016-17 rondará los 90 millones. Es decir, en un plazo de apenas doce meses cada una de las franquicias de la NBA comprobará que tiene 27 millones más para hacer frente a los salarios de su plantilla. Atendiendo a ello, las cifras que se están barajando, aunque siguen siendo mareantes, ya no parecen tan exageradas ni fuera de lógica. Por eso se espera que LeBron James renueve solo por dos años, con player option para el segundo, con los Cleveland Cavaliers y que el próximo verano fulmine todos los contratos conocidos hasta el momento. Se habla ya de 200 kilos por cinco temporadas, de 40 millones anuales. No es que eso convierta lo de Anthony Davis en calderilla, pero...

Y todo gracias a los nuevos contratos televisivos firmados en octubre con ESPN, ABC y TNT, por los cuales la liga obtendrá entre 2016 y 2025 una cantidad cercana a los 24.000 millones de dólares, pasando de ingresar por curso 930 kilos a más de 2.600. En la NBA todos ganan. Y Mucho.