cáceres - Los Campeonatos de España de ciclismo que se celebran desde ayer en Cáceres arrancaron con sendas alegrías para el ciclismo alavés. El Infisport-Alavanet de Gorka Beloki vio en primera instancia cómo uno de sus pupilos, concretamente el cántabro Diego Tirilonte, se hacía con el triunfo en la contrarreloj sub’23 sobre un exigente recorrido de 26 kilómetros y recibía el mejor regalo posible para celebrar su 22 cumpleaños.

Apenas unos minutos más tarde, también llegada de tierras extremeñas otra inmejorable noticia merced a la gran actuación de Lourdes Oyarbide, la mejor especialista de la provincia a sus 21 años de edad. La de Egino (Asparrena), que desde hace tres años corre en el equipo del Bizkaia-Durango, ha sido en varias ocasiones campeona de Euskadi e incluso convocada para el Mundial de Ponferrada del año pasado, se alzó con una meritoria medalla de bronce en la contrarreloj sub’23. Únicamente la precedieron en la clasificación Sheyla Gutiérrez e Irene Usabiaga.

En medio de un calor sofocante y con temperaturas próximas a los 40 grados, Oyarbide acabó la prueba con un sabor agridulce. No en vano, aterrizaba en un dulce estado de forma tras su éxito de hace unos días en la Copa de España y deseaba rubricar otro notable resultado en élite. Al competir contra rivales de más de 23 años, se trataba de una aspiración ambiciosa dado que aquí sus rivales son más maduras y atesoran más experiencia que ella.

Pese a que confiaba ciegamente en sus fuerzas, debió conformarse con un séptimo puesto que se quedó bastante lejos de sus expectativas iniciales. Prueba de ello era su evidente frustración ya en frío cuando habían transcurrido unas horas de la carrera. “La verdad es que esperaba mucho más y no me he encontrado bien en la carrera. Era un circuito para corredoras con mucha fuerza y no me he adaptado bien. Viendo los resultados de la temporada, pensaba que podía quedar entre las tres primeras en élite”, reconoció la joven alavesa, que hoy mismo podrá desquitarse en la prueba en línea. La gran vencedora resultó, a la postre, Anna Sanchis, a la que acompañaron en el podio Sheyla Gutiérrez y Leire Olaberria. Oyarbide, a punto de acabar sus estudios de ingeniería de diseño industrial, comenzó a practicar el ciclismo cuando tenía 7 años. Empujada por su hermano, hizo sus primeros pinitos en la escuela Aratz-Araia, de donde emigró al Beste-Alde de Durango al carecer Álava de un equipo femenino que pudiera acogerla.