MADRID. Tras certificarse el triunfo del Real Madrid en la final de la Liga Endesa frente al Barcelona, el duelo entre los máximos rivales del deporte español ha quedado repartido con todo para los blancos en el baloncesto y el pleno para los azulgrana en fútbol.
De la mano del técnico asturiano Luis Enrique Martínez, el Barça logró el segundo triplete (Liga, Copa del Rey y Liga de Campeones) en su historia, después del conseguido en 2009, cuando el técnico era Pep Guardiola.
El entrenador vitoriano Pablo Laso llevó al Real Madrid, que inició su curso triunfal con la consecución de la Supercopa de España, a alcanzar por tercera vez en la historia del club la consecución de Liga, Copa de Europa y Copa en una misma campaña, algo que no conseguían en la entidad madridista desde 1974.
Los múltiples logros conquistados por el fútbol azulgrana y el baloncesto blanco esta temporada se han alimentado con las sequías en el Santiago Bernabéu y el Palau Blaugrana respectivamente en el año 2015.
Los tres triunfos y el gran momento del Barcelona en el fútbol este año contrastan con la temporada futbolística del Real Madrid, que se desinfló a partir del pasado mes de enero tras haberse proclamado campeón de Europa y del Mundo en 2014.
Los pupilos de Luis Enrique lograron remontar una diferencia de siete puntos en la Liga BBVA y se mostraron de forma indirecta superiores al Real Madrid en Copa del Rey y Liga de Campeones, donde acabaron con Atlético de Madrid y Juventus, que previamente habían eliminado al conjunto entonces entrenado por el italiano Carlo Ancelotti.
Algo similar pero a la inversa ocurrió con el Real Madrid en el mundo de la canasta, que en las cuatro competiciones en las que se ha proclamado campeón se ha cruzado en el camino del Barcelona de Xavi Pascual, que se ha quedado inédito este curso ante un intratable conjunto blanco.
Los de Pablo Laso se impusieron a los azulgrana en las finales de la Supercopa de España (99-78), Copa del Rey (77-71) y Liga Endesa, además de quedar por delante del conjunto catalán en el grupo de Euroliga previo a los cruces de cuartos de final.
Ambos casos, tanto el del fútbol en Barcelona como el del baloncesto en el Real Madrid, curiosamente coinciden y basan su éxito en la confianza en sendos proyectos tras malas rachas u objetivos no cumplidos.
El conjunto azulgrana de fútbol volteó en 2015 una situación que tras un mal inicio de curso posó las dudas en Barcelona y que a final del año 2014 ponían en duda la continuidad de Luis Enrique al frente del banquillo culé.
Una derrota clave en Anoeta (1-0) llevó al Barcelona a tocar fondo en el mes de enero y a la vez sirvió de acicate al club catalán para renacer y difuminar la nube de problemas que envolvía el entorno azulgrana y convertirla en una triple alegría a final de temporada.
En el Real Madrid de baloncesto, tras un verano en el que se dudó de la continuidad del proyecto liderado por Pablo Laso después de perder las finales de la Euroliga y la Liga Endesa en 2014, la fe en el proyecto del técnico vasco, que comenzó en la temporada 2011-12, acabó confirmándolo como la vía adecuada para hacer historia.